Un ícono que ayudó a redefinir la posición de segunda base y protagonizó una de las actuaciones individuales más memorables en la larga y rica historia de los Cachorros de Chicago, Ryne Sandberg falleció el lunes tras una batalla contra el cáncer. Tenía 65 años.
Sandberg dejó como legado la figura de una superestrella silenciosa que, aunque evitaba los reflectores, se ganó la atención con una combinación de poder, velocidad y defensa que lo convirtió en uno de los grandes del béisbol.
Pasó la mayor parte de sus 16 brillantes temporadas con los Cachorros, y fue exaltado al Salón de la Fama de Grandes Ligas en 2005.