Este martes, los socorristas buscan sobrevivientes entre los escombros de edificios que colapsaron tras un terremoto en plena noche que dejó al menos 118 muertos en el noroeste de China.
El terremoto se produjo a unos 1.300 kilómetros al suroeste de Pekín, en la provincia de Gansu.
El sismo dañó miles de casas y obligó a los vecinos a salir a la calle, con unas temperaturas gélidas.
La agencia estatal china informó que la magnitud del sismo fue de 6,2 y se sintió en la histórica ciudad de Xi’an, en la provincia norteña de Shaanxi a unos 570 km de distancia.
El epicentro del temblor se situó a 100 kilómetros al suroeste de la capital provincial, Lanzhou, y fue seguido por varias réplicas.
Es el sismo con mayor número de víctimas en China desde 2014, cuando más de 600 personas murieron en un terremoto en la provincia sudoccidental de Yunnan.
La televisión indicó que más de 1.400 bomberos y rescatistas fueron enviados a la zona de desastre y otros 1.600 permanecían en espera.
Los equipos de rescate comenzaron a trabajar temprano este martes, y el presidente Xi Jinping urgió a hacer «todos los esfuerzos» en las tareas de búsqueda y socorro.
Los terremotos son comunes en China. En agosto, uno de magnitud 5,4 sacudió el este del país, dejando más de 20 heridos y provocando el derrumbe de decenas de edificios.
En septiembre de 2022, un terremoto de magnitud 6,6 golpeó la provincia de Sichuan, donde casi 100 personas murieron.
Otro sismo de magnitud 7,9 en 2008 dejó más de 87.000 personas muertas o desaparecidas, incluyendo 5.335 escolares.