China, Rusia y Pakistán se abstuvieron en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU que autorizó la transformación de la misión en Haití hacia una fuerza centrada en la “supresión de pandillas”. Las tres delegaciones expresaron reservas en torno a la ambigüedad del mandato, la sostenibilidad financiera y el riesgo de agravar la violencia sin abordar sus causas estructurales.
El embajador Zhang Jun manifestó “profunda preocupación” por la situación en Haití y reconoció los esfuerzos de la misión liderada por Kenia, aunque atribuyó su bajo rendimiento a incumplimientos del principal donante. Si bien respaldó la búsqueda de “arreglos viables”, cuestionó que la resolución autorice una nueva fuerza bajo el Capítulo VII sin especificar su composición, reglas de intervención, cadena de mando, mecanismos de supervisión ni rendición de cuentas.
Sin embargo, Zhang advirtió que un enfoque militar sin claridad podría “exacerbar” una crisis marcada por vacíos de gobernanza y vínculos entre pandillas y élites. También denunció el flujo constante de armas hacia Haití pese al embargo vigente y criticó la falta de consultas previas al voto. Reclamó una supervisión estrecha por parte del Consejo y subrayó que las soluciones deben ser encabezadas por el pueblo haitiano.
El embajador Vassily Nebenzia detalló que Rusia no vetó la resolución por respeto a las autoridades haitianas, pero la calificó de “aventura sin mucha reflexión”. Recordó fracasos de misiones anteriores y señaló que la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad no alcanzó ni la mitad de su capacidad por falta de financiación.
En tanto, Nebenzia cuestionó el uso del presupuesto ordinario de la ONU en un contexto de liquidez comprometida y pidió garantías de que esta nueva misión no repetirá los errores del pasado. Además, instó a atacar las causas estructurales del conflicto —especialmente el tráfico de armas— y alertó sobre el riesgo de extender este modelo operativo a otros países del Caribe. En su balance, pidió más evaluación a largo plazo y menos urgencia.
El embajador Asim Iftikhar Ahmad lamentó la falta de consenso, aunque reafirmó el apoyo de su país a Haití. Su abstención se basó en tres “lagunas” clave:
Pakistán reafirmó su respeto a la soberanía haitiana para solicitar asistencia y pidió alinear el respaldo político, financiero y logístico. Señaló que continuará apoyando los esfuerzos si se aclaran los puntos pendientes.