El Tribunal Colegiado del Distrito Judicial de Sánchez Ramírez impuso una condena de 30 años de prisión a Ammy Hiraldo Peña, hallada responsable de la muerte de la joven Yennely Duarte Hilario.
El crimen ocurrió el 26 de marzo de 2024, y tras la investigación, las autoridades determinaron que Hiraldo Peña fue la autora del homicidio. Los jueces Ramón Emilio Peña, Mayrelis Lazala Jerez y Bolívar Reinoso ordenaron que la pena sea cumplida en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres, ubicado en San Cristóbal.
La decisión judicial pone fin a un proceso que mantuvo en tensión a la comunidad de Cotuí y a la familia de la víctima, quienes desde el inicio exigían justicia. La sentencia llega después de múltiples aplazamientos que motivaron protestas, vigilias y manifestaciones frente al Palacio de Justicia por parte de allegados a Yennely Duarte.
Durante el juicio, el magistrado Francis Valerio solicitó la pena máxima, sustentado en un conjunto de pruebas presentadas por el Ministerio Público.
De acuerdo con la acusación, Hiraldo Peña habría planificado el crimen, siendo vista en cámaras de seguridad comprando amoníaco y otros artículos que, según los fiscales, fueron utilizados para inmovilizar o atacar a la víctima. Duarte, de 18 años, fue encontrada con heridas cortopunzantes en una finca del distrito municipal Quita Sueño, en Cotuí.
Luego de perpetrar el asesinato, la acusada huyó a bordo de una yipeta perteneciente a su familia para posteriormente entregarse a las autoridades. Durante su confesión aceptó los hechos y atribuyó sus motivaciones a un conflicto de carácter pasional.
Parientes de Yennely Duarte han insistido en que el Ministerio Público profundice las pesquisas para determinar si otras personas participaron directa o indirectamente en el homicidio. La crudeza del caso generó conmoción y rechazo generalizado desde que se conoció la noticia.
Mientras la condenada cumple la pena impuesta, las autoridades continúan con diligencias adicionales para esclarecer cualquier vínculo externo. La familia mantiene su reclamo de que el proceso no concluya sin agotar todas las líneas investigativas.
Tras escuchar el veredicto, Wilson Duarte, padre de la víctima, expresó su alivio y al mismo tiempo su indignación hacia quienes, según dijo, minimizaron el caso o difamaron la memoria de su hija. Con voz firme, rechazó los comentarios que insinuaban que buscaba protagonismo mediático.
Afligido, el padre envió un mensaje a quienes se burlaron o cuestionaron el valor de la vida de Yennely. Recalcó que jamás buscó cámaras, sino justicia, y afirmó que luchar por una condena de 30 años fue su forma de honrar la memoria de la joven.