El Día del Trabajador es un gran homenaje a una de las luchas sindicales más importantes de la historia, gracias a la cual los trabajadores tienen derechos que hoy se consideran tan básicos como una jornada laboral de ocho horas.
El origen se remonta a los movimientos obreros activos en la ciudad de Chicago, Estados Unidos, a finales del siglo XIX. En esa época, la industria estadounidense se expandía rápidamente, pero había pocas protecciones legales para los trabajadores.
Las condiciones laborales eran extremadamente precarias: los estadounidenses trabajaban 12 horas al día durante seis o siete días a la semana, con salarios bajos y sin condiciones de seguridad e higiene adecuadas. Incluso los niños, algunos de apenas cinco o seis años, trabajaban en minas, fábricas e industrias en condiciones degradantes.
El 1 de mayo de 1886, más de 35.000 trabajadores abandonaron sus puestos de trabajo y salieron a las calles; otros miles se fueron uniendo en los días posteriores.
más de 30 personas fueron detenidas por sus ideas radicales. Cuatro líderes del movimiento obrero fueron condenados a muerte y se les conoció como los Mártires de Chicago. Su sacrificio y lucha se convirtieron en un símbolo de la reivindicación de los derechos laborales.
En muchos países, la fecha se celebra el 1 de mayo, sin embargo, según especifica la Encyclopedia Britannica (una plataforma de datos británica centrada en la educación), en Estados Unidos y Canadá, la efeméride conocida como Día del Trabajo tiene lugar el primer lunes de septiembre.