La Corte Suprema de Estados Unidos allanó el camino para los planes del presidente Donald Trump de reducir el tamaño de la fuerza laboral federal, a pesar de las advertencias de que se perderán servicios gubernamentales críticos y que cientos de miles de empleados federales perderán sus empleos.
Los jueces anularon las órdenes de tribunales inferiores que habían congelado temporalmente los recortes, los cuales han sido liderados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
La corte afirmó en una orden no firmada que no había recortes específicos ante los jueces, solo una orden ejecutiva emitida por Trump y una directiva de la administración para que las agencias llevaran a cabo reducciones de empleos.
La jueza Ketanji Brown Jackson fue la única en votar en disidencia, acusando a sus colegas de mostrar un «entusiasmo evidente por aprobar las acciones legalmente dudosas de este presidente en una situación de emergencia».