Dos de los primeros diez imputados en el caso de corrupción, derivado de los allanamientos denominados por la fiscalía como «Operación Lobo», admitieron este martes su responsabilidad en los hechos que se les imputan, en el marco de la audiencia de medidas de coerción que se lleva a cabo en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva.
Se trata de Andrés Pacheco Valera, ex encargado de seguridad de Edenorte, y Ramón Quezada Ortiz, quien formaba parte del equipo de seguridad de Edeeste.
La información fue confirmada por Mirna Ortiz, directora de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca).
Ambos implicados forman parte de una presunta red delictiva compuesta por militares activos, oficiales retirados y empresarios, que habría pagado más de 100 millones de pesos en sobornos para obtener contratos irregulares de servicios de seguridad privada en diversas instituciones del Estado.