El secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., anunció un cambio significativo en la política nacional de vacunación contra el COVID-19: las mujeres embarazadas y los niños ya no recibirán recomendaciones rutinarias para aplicarse la vacuna. La medida fue comunicada oficialmente a través de un video difundido en redes sociales, en el cual Kennedy Jr. estuvo acompañado por el comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), Dr. Marty Makary, y el director de los Institutos Nacionales de Salud, Dr. Jay Bhattacharya, quienes respaldaron esta decisión.
Aunque el anuncio ha generado un amplio debate, hasta el momento no se ha especificado con claridad qué grupos poblacionales seguirán siendo elegibles para recibir las dosis. Según medios estadounidenses, este ajuste se alinea con una propuesta de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que estaría reorientando las recomendaciones de vacunación hacia adultos mayores, personas con condiciones médicas preexistentes y aquellos con alto riesgo de complicaciones graves por COVID-19.
La medida es parte de una revisión más amplia del sistema de aprobación de vacunas que está llevando a cabo actualmente la FDA. Este proceso ha sido objeto de críticas por parte de algunos expertos, quienes advierten que la nueva estrategia podría restringir el acceso a futuras dosis para ciertos sectores de la población.
El anuncio de Kennedy Jr. representa un cambio significativo en la estrategia sanitaria del país y se suma a una serie de ajustes en las directrices federales sobre la inmunización contra el coronavirus, después de años de campaña masiva desde el inicio de la pandemia.