El rápido crecimiento de DeepSeek, un sistema de inteligencia artificial desarrollado en China, ha generado inquietud entre las potencias occidentales, y desde su lanzamiento en enero de 2025, Estados Unidos y varios países europeos han aplicado medidas restrictivas para limitar su uso en redes gubernamentales.
Según el medio especializado BGR, la principal preocupación radica en la posibilidad de que la aplicación permita el acceso del Gobierno chino a información confidencial.
El Comité Selecto del Congreso estadounidense sobre el Partido Comunista Chino publicó en abril un informe en el que afirma que DeepSeek podría “desviar datos hacia la República Popular China”, crear “vulnerabilidades de seguridad” y operar bajo “mecanismos de censura y manipulación” impuestos por la legislación china.
El documento también sostiene que el modelo habría sido “construido con tecnología estadounidense sustraída”, lo que motivó a al menos 17 estados —entre ellos Texas, Nueva York, Virginia, Iowa y Georgia— a prohibir la plataforma en sus sistemas gubernamentales.