5 Diciembre 2025

Eje Diabetes - cerebro

Teleuniverso

La diabetes ya no puede verse únicamente como un trastorno metabólico: es un desorden integral que afecta la salud mental se entrelazan en una relación bidireccional, y comprenderla es clave para brindar atención de calidad en un mundo —y en un país — donde ambas patologías van en aumento.

Desde el 2021 hemos notado en nuestra consulta un aumento de trastornos psiquiátricos asociados a la diabetes, evidenciando que esta enfermedad afecta mucho más que el sistema endocrino: altera la energía, el estado de ánimo, las emociones y el funcionamiento cerebral. Mi labor como médico psiquiatra va más allá de prescribir medicación; implica investigar las causas biológicas, neurológicas y psicológicas que originan o agravan la patología mental. Para ello, es esencial realizar estudios complementarios como análisis de laboratorio, neuroimágenes y evaluaciones neuropsicológicas antes de iniciar tratamiento. Hablar del eje diabetes – cerebro, es buscar crear conciencia sobre la necesidad de una evaluación médica integral y basada en evidencia científica, que permita comprender y tratar de forma efectiva la relación entre cuerpo, mente y metabolismo.

Durante muchos años se creyó que la diabetes afectaba únicamente al sistema endocrino. Sin embargo, las investigaciones más recientes han demostrado que esta enfermedad también impacta de manera profunda la química cerebral, modificando los neurotransmisores responsables del equilibrio emocional; como resultado, los cambios cerebrales y emocionales pueden manifestarse años antes del diagnóstico clínico, incluso antes de que el paciente perciba síntomas físicos, en una fase silenciosa conocida como prediabetes. Si no se controla adecuadamente el tratamiento, estas alteraciones neuroquímicas pueden cronificarse y acentuar el deterioro emocional y cognitivo del paciente diabético con el paso del tiempo.

La diabetes es una enfermedad crónica en la que el cuerpo no regula correctamente el glucosa (azúcar) en la sangre. Esto ocurre porque ocurre alguna de estas dos grandes fallas:

  1. El páncreas no produce suficiente insulina (la hormona que permite que la glucosa entre en las células).
  2. El cuerpo no utiliza bien la insulina que produce —es decir, hay resistencia a la insulina— y, además, con el tiempo, las células del páncreas encargadas de producirla se deterioran.

Contribuyentes:

  • Factores genéticos y ambientales: obesidad, sedentarismo, dieta poco saludable, estrés, etc.
  • Inflamación, estrés oxidativo, depósitos de lípidos ectópicos (grasa donde no debería estar) también juegan un papel clave en la progresión de la enfermedad.

La consecuencia común de esas fallas es un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia) de forma mantenida, lo cual puede dañar distintos órganos y sistemas.

Tipos principales

Aunque hay varias formas, los dos tipos más comunes son:

  • Diabetes tipo 1 (T1D): el sistema inmunitario ataca las células β del páncreas que producen insulina; por lo tanto, hay una deficiencia marcada de insulina.
  • Diabetes tipo 2 (T2D): es mucho más frecuente (aproximadamente ~90 % de los casos) y se caracteriza por resistencia a la insulina + deterioro progresivo de la producción de insulina.  Además, existen otras formas menos frecuentes como la diabetes gestacional (durante el embarazo) y formas causadas por alteraciones genéticas (monogénicas).

Algunos de los signos más comunes incluyen:

  • Sed excesiva, necesidad de orinar frecuentemente.
  • Hambre persistente, incluso después de comer.
  • Fatiga inexplicada.
  • Visión borrosa.
  • Heridas que tardan mucho en sanar.
  • En algunos casos, pérdida de peso inesperada (especialmente en T1D).
    Estos síntomas deben hacer pensar en la necesidad de evaluación médica para descartar o confirmar diabetes.

Sin un buen control, la diabetes puede afectar muchos órganos: riñones (nefropatía), ojos (retinopatía), nervios (neuropatía), vasos sanguíneos (cardiovasculares). Además, hay mayor riesgo de infecciones, amputaciones y menor calidad de vida.

Cambios neurocognitivos tempranos

Willmann et al. (2020) mostró que la resistencia a la insulina, incluso sin diabetes manifiesta, predice deterioro cognitivo leve, fallos en memoria y atención. Estas alteraciones parecen vincularse a un hipometabolismo cerebral precoz (menor consumo de energía en regiones frontales y temporales), como comprobó un estudio de neuroimagen en adultos mayores con prediabetes, Kim J. et al. (2021).

En la actualidad los resultados apuntan a que el cerebro envejece más rápido cuando existe disfunción metabólica, incluso antes de que la glucosa supere los valores diagnósticos.

Diabetes afecta glucosa, cerebro y emociones.

Síntomas específicos para vigilar

Basándonos en los hallazgos, estos serían algunos síntomas/emocionales/ neurocognitivos que podrían a parecer en la fase prediabética:

  • “Niebla mental” (“brain fog”), dificultad para concentrarse, lentitud en procesar información.
  • Disminución de la velocidad de procesamiento mental, o mayor esfuerzo para tareas ejecutivas (planificar, tomar decisiones rápidas).
  • Alteraciones de la memoria de corto plazo.
  • Cambios en el estado de ánimo: aumento de síntomas de depresión leve, ansiedad, preocupación excesiva por salud/metabolismo.
  • Alteraciones en la conducta alimentaria: menor sensibilidad a la recompensa (dopamina/serotonina alteradas), comer emocionalmente, menor saciedad.
  • Fatiga, falta de energía mental, incluso si no hay déficit físico claro.
  • Alteraciones de la regulación emocional: irritabilidad, cambios del humor, menos resiliencia al estrés (relación con eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA)
  • Signos de disfunción autonómica temprana: por ejemplo, variabilidad de la frecuencia cardíaca reducida, lo que podría manifestarse como mayor reactividad al estrés, menos capacidad de recuperación tras estímulos emocionales.

Reconocer estas señales tempranas permite prevenir daño cerebral y emocional, además de reducir el riesgo de progresar a diabetes tipo 2.

La intersección entre la diabetes y los trastornos del ánimo merece un abordaje que combine endocrinología, psiquiatría, neuropsicología y gestión clínica. El reto es grande, pero también lo es la oportunidad: al detectar a tiempo la carga emocional, tratar la disfunción neuroquímica y restablecer el equilibrio familiar y laboral, permitiéndonos transformar vidas.


En Santiago y en Santo Domingo, contar con un psiquiatra con experiencia en rehabilitación neurocognitiva, terapia familiar y alta gerencia permite a las familias dominicanas, así como a los turistas que nos visitan, acceder a un tratamiento integral para recibir atención especializada en los momentos más cruciales.


La salud mental es para todos. Hablemos de ello, actuemos y cuidemos la mente tanto como el cuerpo. Porque cuando el cerebro se conecta con la glucosa, el verdadero bienestar está en la integración

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