
Trastornos del ánimo y tiroides: una conexión bidireccional
La relación entre el cerebro y el tiroides no es unidireccional. El estrés crónico, la depresión prolongada y el trauma emocional pueden alterar el eje hipotálamo–hipófisis–tiroides (HHT), afectando la conversión de hormonas tiroideas. Esto significa que las emociones también influyen en la función tiroidea: una persona con altos niveles de cortisol puede desarrollar una respuesta tiroidea disfuncional sin enfermedad glandular primaria generando un círculo vicioso de cansancio y desánimo.
Lancet Endocrinology (2024) muestran que los pacientes con trastornos depresivos mayores tienen niveles séricos de T3 más bajos y menor sensibilidad a sus receptores cerebrales, incluso con pruebas de laboratorio normales.
¿Cómo se manifiesta esta patología?
Los síntomas del desequilibrio tiroides-cerebro pueden variar según la dirección del trastorno:
Hipotiroidismo: enlentece cuerpo y mente.
Las neuroimágenes funcionales recientes muestran que los pacientes con hipotiroidismo no tratado presentan una disminución del flujo sanguíneo en el córtex prefrontal, correlacionado con pérdida de iniciativa y pensamiento negativo persistente.
Hipertiroidismo: un exceso de hormonas tiroideas qué hiperestimulan el sistema nervioso central, resultando es un cerebro en modo “alerta continua”, presentando:
Un estudio de The Lancet Diabetes & Endocrinologia (2024) destaca que hasta el 20 % de los pacientes con hipertiroidismo desarrollan manifestaciones psiquiátricas antes de ser diagnosticados.
Tiroiditis de Hashimoto: cambios bruscos de humor, episodios de llanto o euforia, niebla mental y deterioro cognitivo progresivo.
Aunque estos síntomas parecen puramente emocionales, su origen puede ser endocrino, lo que explica por qué algunos pacientes no responden a tratamientos antidepresivos convencionales hasta que se corrige la disfunción tiroidea.
En 2024, investigadores del Massachusetts General Hospital reportaron que pacientes con Hashimoto que recibieron tratamiento combinado endocrino-psiquiátrico mostraron una mejoría del 60 % en síntomas depresivos y cognitivos, comparado con los que recibieron solo tratamiento hormonal.
Este hallazgo confirma que el abordaje interdisciplinario —endocrinología, psiquiatría y neuropsicología— es esencial para una recuperación completa.
Subclínico o mixto: los casos que se “escapan”: Muchos pacientes tienen valores hormonales “en rango o ligeramente alterados con T3/T4 normales” pero con síntomas emocionales difusos, fatiga, baja motivación, distimia y niebla mental. El hipotiroidismo o hipertiroidismo subclínico afecta el metabolismo cerebral sin alterar dramáticamente los valores de laboratorio.
JAMA Psychiatry, (2023) señalan que hasta un 40 % de los pacientes con hipotiroidismo subclínico presentan síntomas depresivos, aunque muchos no son diagnosticados.
Estos casos pueden confundirse con una depresión mayor primaria, pero la diferencia radica en su origen biológico: la baja actividad tiroidea reduce la síntesis y receptividad a serotonina y dopamina, afectando la motivación y la capacidad para disfrutar la vida.

Una alteración tiroidea no tratada puede erosionar silenciosamente la vida diaria:
En las mujeres, es tres veces más frecuente debido a la influencia de estrógenos sobre el sistema inmunitario.
En los hombres, suele pasar desapercibido hasta que se manifiesta con fatiga extrema, ansiedad inexplicable. disfunción sexual o bajo libido.
El costo humano y social de estas disfunciones endocrino-psiquiátricas sigue subestimado: la OMS (2025) advierte que los trastornos tiroideos no diagnosticados duplican el riesgo de depresión crónica y ansiedad persistente.
Cuando la tristeza no mejora, el cuerpo se fatiga y la mente se apaga, puede no tratarse solo de depresión: el tiroides puede estar hablando.
Consultar a un psiquiatra con formación en neuropsicología clínica, rehabilitación neurocognitiva, terapia familiar y alta gerencia, permite detectar estos cuadros mixtos y diseñar un plan terapéutico que aborde tanto la dimensión biológica como la emocional en las diferentes épocas de la vida.
En Santiago y en Santo Domingo, contar con un psiquiatra con esta experiencia ofrece a las familias dominicanas, así como a los turistas que nos visitan, la posibilidad de acceder a un tratamiento integral, humano y especializado en los momentos más cruciales.
Cuidar la mente es cuidar el cuerpo. Y cuidar el tiroides es, muchas veces, proteger la salud mental. La salud mental es para todos, y es lo primero. Consultar a tiempo puede cambiar el rumbo de tu bienestar y el de quienes amas.