¡Si! en cada uno de nosotros habita un mostruo… el lado oscuro de la teoría junguiana…la sombra de nuestra personalidad… Ahí residen los instintos reprimidos, los egoísmos extremos, ese yo desautorizado que todos rechazamos y dejamos tirado en el rincón más apartado y oscuro de nuestra mente, porque nos avergüenza, nos lleva a ese espejo en donde vemos a ese “otro” capaz de llevar a cabo todas las perversidades y desenfrenos
¿Por que personas comunes y corrientes, buenas, trabajadoras, responsables, les llega un momento en que pierden la cabeza y hasta llegan a imaginar posibles escenarios en donde protagonizan asesinatos, perversidades y todo tipo de daño a los demás?
Nos sobran los ejemplos y casos. Cada día nos enteramos y nos sorprendemos de cuanta depravación y malignidad puede esconderse en el ser humano más inofensivo.
Al parecer sentimos un alivio cuando calificamos de perversos y monstruos a esos asesinos y nos consideramos clase aparte… pues miren no somos clase aparte, porque usted, yo y cualquier ser humano es capaz de matar y cometer crímenes de espanto.
Julia Shaw, psicóloga criminalista de la universidad de Columbia, lleva años explorando el lado oscuro de la mente humana y en su libro “hacer el mal” realiza un estudio muy detallado en donde queda claro la temible capacidad de hacer daño que tenemos todos…
1) Somos superdepredadores. ninguna especie mata, asesina más que el ser humano. ¿sera que estamos diseñados para matar?
2) Matar es sinónimo de sobrevivencia. desde las bacterias que amenazan nuestra vida hasta los animales y todo lo que se mueva para alimentarnos.
3) Nos matamos unos a otros cuando nos sentimos amenazados o tenemos algo que ganar.
4) Vivimos rodeados de asesinos potenciales. Un Caín que mata a su hermano Abel, un vecino que mata por un parqueo, un hijo para heredar la fortuna del padre, una madre que lanza a una cuneta a su recién nacido, un obsesivo que asesina a su ex en nombre del amor.
5) En ocasiones nos lleva el dañar a los otros, un momento de ira, un cuchillo a la vista o un simple empujón, una pelea que se sale de control.
6) Todos somos capaces de causar un gran daño a las personas que más queremos.
7) La gente normal tiene frecuentes fantasías sobre posibles asesinatos…y no por eso son pensamientos anormales aunque llevarlo a la realidad sí lo sean.
8) Con frecuencia los asesinatos no son el resultado de una planificación propia de un sádico o un psicópata, muchos provienen tan solo de un momento equivocado, con la persona equivocada…una mala decisión de la cual nos arrepentimos de inmediato y que nos echa a perder toda una vida. conclusión:
Estamos siempre en alerta frente a las personas con mal aspecto… “el efecto diablo” y nos descuidamos de aquellas supuestas ovejas mansas que quizás representen un verdadero peligro para nosotros… porque en el interior de cada oveja mansa se esconde un lobo que devora del modo más sádico y brutal.
