En los doce días que lleva hospitalizado por neumonía bilateral y otras complicaciones, el papa Francisco, de 88 años, no ha dejado prácticamente de trabajar. Apenas se sintió mejor tras su crisis respiratoria del sábado recibió a los dos altos cargos del Vaticano, firmó nombramientos, decretos de beatificación…todo para que la maquina vaticana no se detenga.
En los doce días que lleva hospitalizado por neumonía bilateral y otras complicaciones, el papa Francisco, de 88 años, no ha dejado prácticamente de trabajar. Apenas se sintió mejor tras su crisis respiratoria del sábado recibió a los dos altos cargos del Vaticano, firmó nombramientos, decretos de beatificación…todo para que la maquina vaticana no se detenga.
Según la Constitución vaticana, el pontífice no tiene sustituto. Sólo él puede firmar documentos, leyes o hacer nombramientos.
Y cuando muere todos los cargos decaen, excepto los del cardenal decano, el camarlengo, el cardenal coordinador del Consejo de Asuntos Económicos, el maestro de ceremonias, el secretario del Colegio de cardenales y el sustituto de la Secretaría de Estado, para los asuntos administrativos.
Pero Francisco, a pesar de estar en estado «crítico» y en «prognosis reservada», aunque con una leve mejoría en las últimas horas, no ha cesado de trabajar con la publicación de los ángelus u otros documentos, pero también con nombramientos de obispos o decretos para las beatificaciones o canonizaciones.
Hasta ahora eran sus secretarios los que iban y venían del Vaticano al apartamento reservado para el pontífice en el décimo piso del hospital Gemelli, que en tiempos de Juan Pablo II llamaban el ‘Vaticano 3’ por sus diez hospitalizaciones.
Explican fuentes vaticanas que Francisco sigue con oxígeno, aunque menos flujo, y que puede sentarse en un sillón para poder leer los periódicos, una costumbre de siempre, y trabajar un poco.
El lunes, con total discreción, acudieron el secretario de Estado, ‘numero dos’ del Vaticano, el cardenal italiano Pietro Parolin, y el sustituto para los asuntos de la secretaria de Estado, el venezolano Edgar Peña Parra, a visitarle al Gemelli.
El motivo de la visita, la firma de algunos decretos de beatificación, entre ellos la canonización de José Gregorio Hernández Cisneros, que se convertirá así en el primer santo de Venezuela. Y aunque no se han conocido otros motivos de la reunión, seguro que se abordaron otras cuestiones vaticanas.
El papa también ha anunciado su intención de convocar próximamente un consistorio en el Vaticano para poner una fecha para la canonización de nuevos santos en 2025 y ha modificado algunas leyes fundamentales para dar más poderes a la primera mujer ‘gobernadora’ del Estado del Vaticano, Sor Raffaella Petrini.
La de Parolin y Peña Parra ha sido la segunda visita que recibe el papa en estos doce días, después de la de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ya que los médicos le habían prescrito absoluto reposo.
Mientras tanto, ha nombrado cinco nuevos obispos (en Brasil y Canadá) y promovido a dos sacerdotes de su confianza como secretarios generales de la Gobernación vaticana, don Emilio Nappa y Giuseppe Puglisi-Alibrandi.
Pero además, aunque no ha podido celebrarlos en persona, también envió dos mensajes para los rezos del ángelus del domingo.
«Por mi parte, continuo con confianza mi hospitalización en el policlínico Gemelli, siguiendo con los tratamientos necesarios; ¡y el descanso también forma parte de la terapia!», escribió Jorge Bergolio en el mensaje del pasado domingo.