Por: Pavel De Camps Vargas
El desierto del Sahara, conocido como uno de los lugares más secos y calurosos del planeta, ha sido escenario de inundaciones sin precedentes tras las lluvias torrenciales que azotaron el sureste de Marruecos en septiembre. En tan solo dos días, regiones como Tata y Tagounite recibieron más precipitaciones que su promedio anual, superando los 100 milímetros en un lapso de 24 horas.
Estas lluvias, catalogadas por meteorólogos como una tormenta extratropical, han generado lagunas de agua entre las dunas de arena y palmeras, transformando el paisaje desértico en un oasis temporal. Los satélites de la NASA captaron imágenes del agua fluyendo hacia el lago Iriqui, un lecho lacustre que había permanecido seco durante cinco décadas.
Las inundaciones han dejado más de 20 fallecidos en Marruecos y Argelia, además de causar daños significativos en las cosechas y la infraestructura local. En zonas turísticas del desierto, residentes y visitantes observaron con asombro cómo vehículos 4×4 navegaban a través de charcos formados en áreas que rara vez ven agua.
Houssine Youabeb, representante de la Dirección General de Meteorología de Marruecos, comentó: «Hacía entre 30 y 50 años que no llovía tanto en tan poco tiempo». Estas precipitaciones excepcionales han llevado al gobierno marroquí a destinar fondos de ayuda de emergencia para las regiones afectadas, algunas de las cuales todavía se recuperan del terremoto ocurrido el año pasado.
Los expertos señalan que este fenómeno podría influir en el clima regional en los próximos meses y años. La mayor humedad en el aire puede incrementar la evaporación y atraer más tormentas al área, alterando los patrones climáticos establecidos. «Estas lluvias pueden cambiar el curso del clima de la región, provocando más evaporación y atrayendo más tormentas», agregó Youabeb.
Después de seis años consecutivos de sequía que han afectado severamente a Marruecos, obligando a agricultores a dejar campos en barbacoa ya comunidades a racionar agua, esta abundancia de lluvias podría contribuir a recargar los acuíferos subterráneos vitales para las poblaciones desérticas. Los embalses de la región alcanzaron niveles récord de llenado durante todo septiembre.
Sin embargo, aún es incierto el grado en que estas lluvias aliviarán la sequía prolongada. Si bien representan una fuente inmediata de agua, la sostenibilidad de este recurso dependerá de los patrones climáticos futuros y de la gestión eficiente de los recursos hídricos.
Las inundaciones en el Sahara marroquí representan un evento histórico que podría marcar un punto de inflexión en el clima y la vida en una de las regiones más áridas del mundo. Mientras las comunidades locales enfrentan los desafíos inmediatos de las inundaciones, existe una mezcla de esperanza y cautela sobre cómo este fenómeno afectará el futuro ambiental y socioeconómico de la región.