27 Noviembre 2024

Envían a ruso vinculado a estafa millonaria con cannabis a Najayo

La Segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia dictaminó prisión preventiva para Sergei Berezin y/o Paul Bergholts, ciudadano ruso investigado como presunto líder de una red delictiva de compatriotas que habría estafado 645 millones de euros mediante inversiones fraudulentas en plantaciones de cannabis con fines medicinales.

Teleuniverso


La Segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia dictaminó prisión preventiva para Sergei Berezin y/o Paul Bergholts, ciudadano ruso investigado como presunto líder de una red delictiva de compatriotas que habría estafado 645 millones de euros mediante inversiones fraudulentas en plantaciones de cannabis con fines medicinales.

El tribunal, encabezado por Francisco Jerez Mena e integrado por Nancy Salcedo y Fran Soto, ordenó que Berezin cumpla esta medida en un centro penitenciario, sin especificar la duración.

Además, el tribunal programó para el 12 de mayo la audiencia sobre la solicitud de extradición presentada por el Departamento de Cooperación Internacional y Extradiciones de la Procuraduría General de la República, bajo la dirección del magistrado Andrés Chalas.

En la vista judicial, los abogados Pedro Balbuena y Laura Rodríguez solicitaron al tribunal que rechazara la prisión preventiva argumentando la falta de órdenes de allanamiento. Berezin fue detenido durante un allanamiento en un complejo turístico en Bayahibe, provincia de La Altagracia.

La operación de arresto contó con la colaboración de fuerzas de seguridad de España, República Dominicana, Alemania, Francia, Estados Unidos y Reino Unido, junto con EUROPOL y EUROJUST, según informó la Policía española.

Los implicados en esta organización criminal, que operaba en 35 países, fueron detenidos en España (2), Alemania (2), Reino Unido, Letonia, Polonia, Italia y República Dominicana.

El esquema de estafa consistía en usar el dinero de los inversores para financiar el cultivo de cannabis; una vez cosechado, se vendía el producto y la plataforma reembolsaba una parte de las ganancias a los inversores. Prometían beneficios anuales del 70% al 168%, dependiendo del tipo de cannabis. Para ganar la confianza de los inversores, la plataforma tenía oficinas físicas en diversas ciudades europeas.

Sin embargo, la investigación española reveló que los fondos no se invertían completamente en cannabis medicinal, sino que se destinaban a pagos parciales a los inversores, marketing y enriquecimiento personal de los investigados. Gran parte del dinero se ocultaba mediante complejas estructuras de cuentas bancarias, empresas ficticias y testaferros en Europa del Este.

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