La salud mental es un pilar fundamental para el bienestar de cualquier sociedad. Sin embargo, en los últimos años, hemos sido testigos de un incremento alarmante en la suplantación de profesionales en el campo de la salud, que incluye la psiquiatría y la psicología clínica. Individuos sin la formación adecuada están ejerciendo con credenciales falsas, poniendo en grave riesgo la integridad y salud de los pacientes que confían en ellos.
En nuestro país en 2023 se conoció el caso de la falsa neurocientífica Elizabeth Silverio, esta problemática no es exclusiva de República Dominicana; en varios países de América Latina se han destapado casos que evidencian la magnitud del problema. Por ejemplo, en 2023, en México, se descubrió una red de falsos psicólogos que ofrecían terapias sin contar con licencias ni formación académica, afectando a cientos de pacientes; también en Puebla (México) este noviembre del 2024, el caso de Marilyn Cote que se hizo pasar por médico psiquiatra si serlo, llegando a prescribir psicofármacos. Este caso, que fue noticia en toda América, destacó los peligros que representan los falsos profesionales para la sociedad y la necesidad urgente de una mayor regulación y supervisión en el sector de la salud mental. Situaciones similares se han reportado en Colombia y Argentina, donde las autoridades han tenido que intervenir para desmantelar estas prácticas fraudulentas.
La presencia de falsos profesionales tiene consecuencias nefastas. Los pacientes, en busca de ayuda para sus afecciones mentales, terminan recibiendo diagnósticos erróneos y tratamientos inadecuados. Esto no solo agrava sus condiciones, sino que también puede conducir a situaciones de dependencia, abuso y, en casos extremos, al deterioro irreversible de su salud mental.
Para los profesionales legítimos de la salud mental en República Dominicana, esta situación representa un doble desafío. Por un lado, se enfrenta a la competencia desleal de individuos que operan al margen de la ley. Por otro, deben lidiar con la desconfianza que estos casos generan en la población, afectando la reputación y credibilidad de toda una comunidad dedicada al bienestar psicológico.
Es imperativo que tanto las autoridades como la sociedad en general tomen cartas en el asunto. La regulación y supervisión estricta de las prácticas profesionales en salud mental son esenciales para garantizar que quienes ofrecen estos servicios estén debidamente capacitados y acreditados.
Si usted o un ser querido está considerando buscar ayuda psicológica o psiquiátrica, es vital verificar las credenciales del profesional. Asegúrese de que cuente con títulos académicos reconocidos y licencias otorgadas por las autoridades competentes.
En lugares turísticos como Punta Cana, donde la afluencia de visitantes es alta, es especialmente importante confirmar que el médico o terapeuta posee altas credenciales profesionales y está legalmente autorizado para ejercer. Su salud mental es invaluable y merece estar en manos de verdaderos expertos.
La lucha contra la suplantación profesional es una tarea conjunta. Solo a través de la concienciación y la acción podemos proteger a nuestra sociedad de los peligros que representan los falsos profesionales en salud mental.