
Cuidas a todos, pero ¿quién cuida de ti? La fatiga empática es una herida silenciosa que afecta a quienes más amor dan. Es hora de hablar de ti, cuidador.
En cada hogar, hospital o centro geriátrico, hay una figura invisible que sostiene el bienestar de otros: el cuidador. Ya sea un hijo, un profesional de la salud o una pareja, estas personas dedican su energía, atención y emociones al bienestar de adultos mayores. Pero detrás de ese compromiso constante, se esconde una carga emocional devastadora: la fatiga empática.
Este trastorno, reconocido por la ciencia como un síndrome psicológico con bases neurobiológicas, no es simplemente “estrés” o “agotamiento”; es una forma profunda de desgaste emocional que, si no se atiende, puede llevar a cuadros depresivos, ansiedad, somatizaciones, e incluso ideación suicida.
¿Qué es la fatiga empática?
La fatiga empática es una respuesta psicológica y fisiológica al sufrimiento continuo de otras personas. A diferencia del “burnout” clásico, que se relaciona con el estrés laboral, este trastorno emerge del dolor compartido emocionalmente con el otro. El cuidador siente tanto, tan intensamente, que su propia salud emocional comienza a fracturarse.
Síntomas communes:
Aunque no figura como entidad propia en el DSM-5, la fatiga empática es reconocida en estudios recientes como un síndrome relacionado con el trauma vicario, trastornos afectivos y de adaptación. Desde una perspectiva neuropsiquiátrica, implica hiperactivación de la amígdala, disminución de serotonina y alteraciones en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA), lo cual genera desequilibrio en los circuitos del placer y control emocional.
Estudios de imagen (fMRI) han mostrado patrones similares al estrés postraumático, especialmente en cuidadores que enfrentan deterioro progresivo (como en Alzheimer) o pacientes terminales.
Factores de riesgo:
La fatiga empática no solo afecta al cuidador. Puede deteriorar relaciones familiares, disminuir el rendimiento laboral, e incluso aumentar la probabilidad de maltrato (involuntario) hacia la persona cuidada. Las personas afectadas suelen sentir que “nadie entiende lo que vivo”, lo que agrava el aislamiento y la desmotivación. La sociedad rara vez reconoce al cuidador como paciente.
Un estudio en 2023 en el Journal of Gerontological Nursing analizó a 300 cuidadores informales en América Latina. Más del 62% presentó signos de fatiga empática severa.

¿Se puede diagnosticar y tratar?
Sí. Se puede identificar a través de entrevistas clínicas, escalas psicométricas, evaluación neuropsicológica y en algunos casos estudios de neuroimagen como que detectan cambios en el metabolismo cerebral.
El tratamiento se basa en:
En Santiago y en Santo Domingo, contar con un psiquiatra con experiencia y formación en neuropsicología clínica, terapia familiar y alta gerencia permite a las familias dominicanas, así como a los turistas o residentes extranjeros que atraviesan situaciones similares, les permite acceder a un tratamiento integral. Porque en los momentos más críticos, la salud mental no puede esperar.
Reconocer que necesitas ayuda no es debilidad, es una decisión valiente. Si estás al borde del colapso, si cada día es una lucha silenciosa, si has dejado de reconocerte frente al espejo… es hora de actuar. Tu salud mental también importa.