La violencia persistió en Nueva Caledonia este jueves por tercer día consecutivo, tras la imposición por parte de Francia de un estado de emergencia en su territorio del Pacífico. Esto otorgó poderes adicionales a las fuerzas de seguridad para contener los disturbios mortales en el archipiélago, que ha buscado la independencia durante mucho tiempo.
Las autoridades informaron que cinco personas, incluidos dos policías, murieron en los disturbios, desencadenados por protestas contra reformas electorales impulsadas por el gobierno de Emmanuel Macron. Además, al menos 60 agentes de seguridad resultaron heridos y 214 personas fueron arrestadas en enfrentamientos, incendios y saqueos.
El primer ministro francés, Gabriel Attal, prometió restaurar el orden y la calma, anunciando el envío de más efectivos policiales y suministros esenciales a la isla. La situación sigue siendo tensa, con disturbios y violencia incontrolables.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, destacó que diez personas afiliadas al movimiento independentista fueron puestas bajo arresto domiciliario. Afirmó que este grupo, aunque se autodenomina independentista, recurre a saqueos y violencia.
El Consejo Nacional de Jefes del Pueblo Indígena Kanak condenó los actos de vandalismo y violencia, pero negó la implicación del movimiento independentista en estos eventos.
El estado de emergencia se extenderá al menos por 12 días, según anunció Attal.