La Policía Nacional de Haití (PNH) realizó este sábado un funeral para despedir los cuatro agentes fallecidos el mes pasado, dos de ellos tras la explosión de un dron y los otros dos durante ataques de pandilleros, en medio de la aguda crisis que vive la nación.
Reunidos en un emotivo acto en la Academia de la Policía, donde se vivieron escenas desgarradoras por parte de familiares, la PNH honró las vidas de Samuel Lissade, de 32 años; Bisson Jean Porky de 25; Jean Guerby Toussaint, de 38; y Max Youry Saint Rose, de 22.
Los dos primeros, miembros de las unidades de operaciones especiales SWAT de la Policía Nacional en Kenscoff, en el este de Puerto Príncipe, murieron el 19 de agosto tras un «accidente» con un dron, un caso que sigue en investigación.
Mientras que Toussaint y Saint Rose perdieron la vida el 13 de ese mismo mes tras ser atacados por pandilleros mientras patrullaban Kenscoff.
En su intervención en el acto, el director general de la Policía, André Jonas Vladimir Paraison, aseguró que este acto criminal «no quedará impune».
Reconoció que la PNH no estaba inicialmente preparada, ni psicológica ni materialmente, para afrontar una violencia tan intensa, sin embargo, enfatizó que, a pesar de las limitaciones, las fuerzas del orden están logrando «victorias» y que la misión sigue siendo restablecer la seguridad.

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06/09/2025 21:46 | Actualizado a 06/09/2025 21:46
La Policía Nacional de Haití (PNH) realizó este sábado un funeral para despedir los cuatro agentes fallecidos el mes pasado, dos de ellos tras la explosión de un dron y los otros dos durante ataques de pandilleros, en medio de la aguda crisis que vive la nación.
Reunidos en un emotivo acto en la Academia de la Policía, donde se vivieron escenas desgarradoras por parte de familiares, la PNH honró las vidas de Samuel Lissade, de 32 años; Bisson Jean Porky de 25; Jean Guerby Toussaint, de 38; y Max Youry Saint Rose, de 22.
Los dos primeros, miembros de las unidades de operaciones especiales SWAT de la Policía Nacional en Kenscoff, en el este de Puerto Príncipe, murieron el 19 de agosto tras un «accidente» con un dron, un caso que sigue en investigación.
Mientras que Toussaint y Saint Rose perdieron la vida el 13 de ese mismo mes tras ser atacados por pandilleros mientras patrullaban Kenscoff.
En su intervención en el acto, el director general de la Policía, André Jonas Vladimir Paraison, aseguró que este acto criminal «no quedará impune».
Reconoció que la PNH no estaba inicialmente preparada, ni psicológica ni materialmente, para afrontar una violencia tan intensa, sin embargo, enfatizó que, a pesar de las limitaciones, las fuerzas del orden están logrando «victorias» y que la misión sigue siendo restablecer la seguridad.
El jefe de Policía también enfatizó la necesidad de reforzar y reorientar a las tropas hacia la ofensiva.
«Los criminales deben entender que el juego ha terminado. Solo tienen dos opciones: deponer las armas o sufrir el mismo destino que están imponiendo a la población y a la policía», declaró en el acto, al que asistieron representantes de la comunidad internacional.
Concluyó afirmando que «la sangre de la Policía no será derramada en vano» y que «ha llegado la hora de la rendición».