5 Diciembre 2025

Hazaña histórica: Haití se clasifica para el Mundial de 2026

Haití sorprende al mundo al clasificar para el Mundial 2026 en medio de dificultades extremas, incluyendo violencia de bandas, falta de infraestructura y paralización de torneos juveniles.

Teleuniverso

Pese al abandono de su infraestructura deportiva, la ausencia de un campeonato nacional y la paralización total de sus torneos juveniles, Haití logró una hazaña histórica al conseguir su pase al Mundial 2026. Todo esto ocurre mientras el país enfrenta el acecho constante de las bandas armadas, cuya violencia ha desmantelado casi por completo la actividad deportiva en una nación profundamente apasionada por el fútbol.

La selección haitiana de fútbol logró el martes su segunda clasificación a un Mundial tras vencer a la de Nicaragua por 2-0 en la última jornada del Grupo C de las eliminatorias.

Dicho equipo, dirigido por el francés Sébastien Migné, jugará la Copa del Mundo por segunda vez en su historia tras su única participación, en Alemania 1974, en la que quedó eliminada en la primera ronda.

Estas son algunas de las claves sobre la situación deportiva en este deprimido país, sumido desde hace años en una crisis multidimensional, agravada por la violencia impuesta por las bandas, que desde principios de 2022 ha dejado más de 16.000 muertos, de acuerdo con la información oficial.

El exilio como salvación 

A raíz de la violencia de las bandas armadas, la práctica del fútbol está paralizada en la región de Puerto Príncipe, donde las escuelas de fútbol están cerradas y los campos de fútbol abandonados, imposibilitando el surgimiento de nuevos talentos.

Frente a esta realidad, el exilio constituye el principal refuerzo para el deporte haitiano. Así, la selección nacional está integrada por jugadores que evolucionan en ligas mayoritariamente europeas, e incluso por futbolistas que ni siquiera recuerdan la última vez que estuvieron en Haití.

En este contexto, Haití se ve obligado a disputar todos sus partidos internacionales fuera de sus fronteras, utilizando campos de clubes y selecciones nacionales, hasta el punto de tener un seleccionador nacional que nunca ha pisado suelo haitiano.

Tras la clasificación al Mundial 2026, la tristeza se ha apoderado de los aficionados de fútbol por el hecho de no poder ver a sus jugadores después de la victoria, un acontecimiento para esta nación, que vio en ese partido «una segunda batalla», debido a que coincidió con la celebración del 222 aniversario de la Batalla de Vertières, que definió la independencia de la isla de Francia.

El deporte, una actividad relegada en Haití

Tiempo atrás, incluso antes de la crisis, las actividades deportivas no eran una prioridad para las autoridades del Estado. De hecho, el país no cuenta con una política pública en materia de deporte, ni tampoco con una ley definitiva sobre esta área.

Peor aún, un proyecto de construcción de 25 estadios de fútbol, bajo la administración del presidente Michel Martelly (2011 a 2016), fracasó debido a la corrupción y el despilfarro.

En febrero de 2024, las bandas llevaron a cabo una gran ofensiva que destruyó todo el centro de Puerto Príncipe, el corazón neurálgico de la ciudad.

Dicha ofensiva se llevó por delante las pocas infraestructuras deportivas existentes, entre ellas el Estadio Sylvio Cator, situado a la entrada sur de Puerto Príncipe, donde jugaban los clubes de la capital y donde la selección nacional disputaba partidos internacionales en el pasado.

Peor aún, un proyecto de construcción de 25 estadios de fútbol, bajo la administración del presidente Michel Martelly (2011 a 2016), fracasó debido a la corrupción y el despilfarro.

Mientras que en febrero de 2024, las bandas llevaron a cabo una gran ofensiva que destruyó todo el centro de Puerto Príncipe, el corazón neurálgico de la ciudad.

Una ofensiva que se llevó por delante las pocas infraestructuras deportivas existentes, entre ellas el Estadio Sylvio Cator, situado a la entrada sur de Puerto Príncipe, donde jugaban los clubes de la capital y donde la selección nacional disputaba partidos internacionales en el pasado.

Esto dio lugar a la construcción de viviendas y locales comerciales en estos terrenos, que servían de espacio para que los jóvenes jugaran al fútbol.

Además de la falta de infraestructuras deportivas, ya no hay competiciones deportivas juveniles ni competiciones entre escuelas que permitan descubrir jóvenes talentos como en el pasado.

En los guetos, los cientos de jóvenes que deberían ocupar los campos de fútbol se alistan en bandas armadas, donde mueren durante las intervenciones de las fuerzas del orden o en ataques armados.

El fútbol, una religión 

En Haití, el fútbol sigue siendo el deporte rey. Se ve en la televisión, se juega en las calles y en los patios de recreo de las escuelas y universidades.

Los haitianos son apasionados de este deporte, que les sirve de vía de escape ante la situación de desesperanza que persiste en el país, que sigue luchando por recuperarse de las crisis climáticas, medioambientales, de seguridad y políticas.

Los grandes campeonatos, como los de Italia, España, Francia e Inglaterra, con sus grandes clubes y estrellas, son muy populares en Haití, y el brasileño Pelé y el argentino Maradona son verdaderas estrellas en esta nación, donde la fiebre por el fútbol ha provocado en los últimos años un auge de las empresas de apuestas deportivas.

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