El huracán Helene, ya degradado a ciclón postropical, dejó este sábado más de medio centenar de muertos y grandes estragos en cinco estados del sureste de Estados Unidos antes de seguir perdiendo fuerza rumbo al norte en el interior del país.
Según los últimos recuentos, el fenómeno meteorológico, que entró como huracán de categoría 4 por Florida el jueves por la noche, ha causado al menos 19 muertos en Carolina del Sur; 17 en Georgia; 11 en Florida; 6 en Carolina del Norte, y uno en Virginia.
Las autoridades continúan trabajando en las tareas de rescate de supervivientes y recuperación de las áreas afectadas, que han afrontado peligrosas inundaciones y crecidas de ríos fruto de las lluvias torrenciales, vientos huracanados y tornados.
Según el Centro de Predicción Meteorológica, se espera que Helene siga debilitándose y se disipe el lunes, pero hasta entonces hay riesgo de lluvias fuertes en zonas de Ohio y los valles de Tennesse, que podrían llegar el domingo a la cadena montañosa de los Apalaches.
El Centro Nacional de Huracanes avisó hoy de que ha habido inundaciones récord en el sur de los montes Apalaches y pidió cautela por el riesgo que suponen los postes de la luz caídos, advirtiendo además de que los apagones se pueden mantener un tiempo en algunas zonas.
En su último boletín, a primera hora de la tarde, esta entidad confirmaba que Helene se acercaba a Nashville (Tennessee) y a Louisville (Kentucky) con vientos de 30 kilómetros por hora, mucho más lentamente.
Mientras tanto, otros dos sistemas meteorológicos siguen en el centro del Atlántico, la tormenta tropical Joyce y el huracán Isaac, de categoría dos.