Rafael cruzó este miércoles el occidente de Cuba, de sur a norte, como un huracán de gran intensidad, dejando a su paso una enorme destrucción, incluido un nuevo apagón total en el país, con vientos máximos sostenidos de 185 kilómetros por hora y lluvias de hasta 200 litros por metro cuadrado.
Mientras que, el tercio occidental de la isla se encuentra aún bajo el azote del ciclón, que está afectando a más de cuatro millones de personas, incluidos los más de dos millones de La Habana, y supone un nuevo golpe para un país sumido en una grave crisis económica y energética desde hace un lustro.
Rafael está provocando cuantiosos daños materiales, según ha podido comprobar EFE en las provincias de La Habana y Artemisa, las dos donde se esperan mayores estragos. Hasta el momento no se ha informado de víctimas.