Desde el pasado mes de octubre el Instituto Oncológico de la Región del Cibao ha estado bajo el escrutinio del ministerio público, luego de que fuera clausurada una oficina que se dedicaba a cambiar las indicaciones a pacientes asegurados, en la mayoría de los casos a pacientes del Seguro Nacional de Salud (Senasa), en ese mismo mes en medio de un conflicto fue cambiada la directiva del Patronato Cibaeño contra el Cáncer entidad sombrilla del oncológico.El instituto ha sido el blanco de múltiples irregularidades administrativas que han generado inquietud tanto en el personal médico como en los pacientes.
Entre los principales señalamientos figura la privatización de habitaciones compartidas a áreas privadas, pagos sin soporte, nepotismo, la falta de un sistema contable, compras de vehículos a colaboradores con el dinero de la institución y la acumulación de deudas con suplidores, médicos y otros prestadores de servicios.
Esto, ha afectado el suministro oportuno de insumos, medicamentos y equipos necesarios para la atención de los pacientes con cáncer, muchos de estos hechos constan en una querella depositada ante la Procuraduría General de la República en noviembre pasado.