Al menos 83 fallecidos y 105 desaparecidos tras las lluvias torrenciales que han azotado la zona sur del territorio brasileño.
El desborde de ríos y lagunas por las precipitaciones, la rotura de una represa y la ola de frío que se avecina hace temer una tragedia aún mayor en el estado de Río Grande do Sul.
Desde la semana pasada se encuentra lloviendo en la región, donde los niveles de agua han llegado a niveles que no se veían desde 1941.
La Fuerza Aérea Brasileña activó drones de reconocimiento para ayudar a localizar e identificar a más víctimas.
En Porto Alegre, la capital del estado, el lago Guaiba se desbordó, alcanzando el nivel de agua más alto registrado, según el servicio geológico nacional. El aeropuerto internacional ha suspendido todos sus vuelos desde el viernes.