Irán y sus aliados regionales prometieron este jueves represalias por la muerte del líder político del movimiento islamista palestino Hamás y del comandante militar del Hezbolá libanés, elevando las tensiones regionales al tiempo que miles de personas reclamaban venganza en Teherán.
En tanto, el dirigente de Hamás, Ismail Haniyeh, murió la víspera en un ataque atribuido a Israel en la capital de la República Islámica.
Tras la procesión funeraria en Teherán este jueves, su cuerpo llegó a Doha, capital del Estado de Catar, donde residía en el exilio, para ser enterrado el viernes, día en que Hamás convocó una «jornada de ira».
Haniyeh había acudido el martes a la investidura en Teherán del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian, quien prometió que «los sionistas pronto verán las consecuencias de su acto terrorista y cobarde».
Horas antes de su muerte, un bombardeo israelí en Beirut, la capital de Líbano, mató al comandante militar del grupo proiraní Hezbolá, Fuad Shukr, lo que atizó el temor de una conflagración regional por el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza.
Durante el funeral de Shukr este jueves, el líder de Hezbolá, Hasán Nasrallah, advirtió que «el enemigo debe atenerse a que sea inevitable una respuesta», en referencia a la muerte de su comandante y de Haniyeh.
«Israel no sabe las líneas rojas que cruzó», indicó.
Los rebeldes hutíes de Yemen, grupo apoyado por Irán y aliado de Hamás, también prometieron una «respuesta militar» a la «peligrosa escalada» provocada según ellos por Israel, indicó su jefe Abdel Malik al Huthi.
– «Perseguiremos a Israel» –
La retransmisión del funeral de Haniyeh de la televisión estatal iraní mostró su féretro y el de sus guardaespaldas cubiertos con banderas palestinas, transportados por las calles de Teherán, donde miles de personas se congregaron.
«Perseguiremos a Israel hasta arrancarlo de la tierra de Palestina», aseguró por su parte el jefe de relaciones exteriores de Hamás, Khalil Al Hayya, durante el funeral.
El encargado de dirigir las plegarias por Haniyeh fue el líder supremo de la República Islámica, el ayatolá Ali Jamenei, que había amenazado con asestar un «duro castigo» a Israel por su muerte.
El presidente conservador del Parlamento iraní, Mohammad Bagher Ghalibaf, aseguró que su país «cumplirá la orden del líder supremo».
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que su país está preparado «para cualquier escenario, tanto defensivo como ofensivo».
La comunidad internacional llamó a la calma y pidió centrar los esfuerzos en garantizar un alto el fuego en Gaza.
En tanto, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, instó a «todas las partes» en Oriente Medio a que «dialoguen» y «cesen cualquier acción que contribuya a la escalada».
El presidente Joe Biden tenía previsto conversar este jueves con Netanyahu, anunció la Casa Blanca, que destacó que Estados Unidos «participa en intensos esfuerzos» para evitar un conflicto a gran escala.
Sin embargo, una fuente cercana a Hezbolá dijo a AFP que representantes del llamado «eje de la resistencia», que incluye a Irán y sus aliados regionales, se reunieron el miércoles en Teherán para discutir sus próximos pasos.
«Se discutieron dos escenarios: una respuesta simultánea de Irán y sus aliados o una respuesta escalonada de cada parte», indicó la fuente, bajo condición de anonimato.
– El único bombardeo –
La Guardia Revolucionaria iraní indicó que Haniyeh murió en un ataque contra su alojamiento en Teherán en la madrugada del miércoles.
Israel no hizo ningún comentario sobre esta muerte, pero reivindicó el ataque que mató a Shukr, en respuesta a un mortífero lanzamiento de cohetes contra los anexionados Altos del Golán.
Este jueves, el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, aseguró que el bombardeo en Líbano fue el único lanzado por su país en la noche del martes al miércoles en Oriente Medio.
Sin embargo, el New York Times informó, citando fuentes anónimas -incluidos dos funcionarios iraníes-, de que la explosión que mató a Haniyeh fue causada por un artefacto explosivo colocado hace varios meses.
Coincidiendo con el funeral del dirigente de Hamás, anunció haber matado en julio en el sur de Gaza al jefe militar del grupo, Mohammed Deif, al que acusó de estar implicado en el ataque del 7 de octubre en Israel.
Estas muertes inflaman las tensiones regionales por el conflicto en Gaza que multiplicó las hostilidades entre Israel y grupos alineados con Irán en Siria, Líbano, Irak y Yemen.
El jueves por la noche, Hezbolá anunció haber disparado decenas de cohetes contra el norte de Israel en respuesta a un «ataque» israelí que «mató a varios civiles» en Líbano.
La guerra en Gaza fue desencadenada el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas mataron a 1.197 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un balance de la AFP basado en datos oficiales israelíes.
También tomaron como rehenes a 251 personas. Según el ejército israelí, 111 de ellas siguen en Gaza, aunque 39 se consideran muertas.
Dicha ofensiva militar israelí sobre Gaza ha dejado al menos 39,480 muertos, según el Ministerio de Salud de este territorio gobernado por Hamás.