El Ejército israelí ha bombardeado una «zona humanitaria» en el sur de la Franja de Gaza, causando la muerte de al menos 40 palestinos y dejando cerca de 60 heridos, según la Defensa Civil de Gaza.
El ataque, que ha sido calificado como una «masacre» por las autoridades gazatíes, destruyó un área con tiendas de campaña para desplazados, y se han reportado familias enteras desaparecidas bajo los escombros.
La Defensa Civil de Gaza lamentó la falta de equipamiento para enfrentar la situación y denunció el uso de «misiles altamente explosivos» que causaron «destrucción masiva». La oficina de prensa de Gaza ha criticado duramente a Israel, acusándolo de intentar justificar el ataque con afirmaciones falsas sobre la presencia de miembros de Hamás en la zona.
Por su parte, el Ejército de Israel ha afirmado que el bombardeo tenía como objetivo a altos cargos de Hamás, incluyendo a Samer Ismail Jader abú Daqa, Osama Tabash y Aiman Mabú, quienes, según Israel, estaban involucrados en ataques contra Israel y planes terroristas. Israel ha defendido sus acciones, alegando que las medidas para evitar bajas civiles y la precisión del ataque se basan en información de Inteligencia.
Sin embargo, Hamás ha rechazado estas afirmaciones, calificándolas de «mentiras flagrantes» para encubrir crímenes atroces. La ofensiva israelí, iniciada en respuesta a los ataques del 7 de octubre, ha resultado en la muerte de cerca de 41,000 palestinos, además de más de 690 en Cisjordania y Jerusalén Este.
