Israel, bajo presión internacional para aliviar la situación humanitaria en la Franja de Gaza, se comprometió a permitir temporalmente la entrega de más ayuda y admitió errores en un bombardeo que causó la muerte de siete cooperantes.
El gobierno aprobó el ingreso de ayuda por el paso de Erez y prometió habilitar el puerto de Ashdod para recibir suministros, además de aumentar la ayuda por el paso de Kerem Shalom. El ejército israelí reconoció los errores en el bombardeo que mató a los cooperantes.
Estos anuncios se produjeron después de que Estados Unidos, aliado principal de Israel, condicionara su apoyo a medidas que protejan a civiles y trabajadores humanitarios en Gaza.
La ofensiva de Israel en respuesta al ataque de Hamás ha dejado un alto número de víctimas civiles, con miles de muertos, según informes.
El presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó que las medidas anunciadas se alineaban con lo que solicitó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Mientras tanto, el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, indicó que esperaban resultados concretos en los próximos días y semanas.
La ONU y la Unión Europea expresaron escepticismo, demandando un cambio más significativo. La asistencia humanitaria en Gaza es limitada, y la ONU advierte sobre el riesgo de hambruna. Tras la muerte de los cooperantes, varias organizaciones suspendieron operaciones en Gaza.
El ejército israelí destituyó a dos militares por los errores en el ataque, aunque el jefe de la diplomacia británica exigió una investigación independiente. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU pidió el cese de la venta de armas a Israel, citando el riesgo de genocidio en Gaza.
Biden instó a Netanyahu a alcanzar un alto el fuego con Hamás, mientras aumentan los temores de un conflicto regional. El líder del Hezbolá en Líbano consideró inevitable una respuesta de Irán a un bombardeo atribuido a Israel en Damasco, que causó varias muertes. En el sur del Líbano, se reportaron muertes por bombardeos israelíes.