La representante especial para Haití de Naciones Unidas, la ecuatoriana María Isabel Salvador, reconoció este lunes que existe el “temor” de que la Administración Trump aumente las deportaciones de haitianos a su país de origen y recalcó que la «consideración fundamental debe ser el respeto a los derechos humanos».
«Existe el temor de que estas medidas de devolución por parte de EE.UU. a Haití aumenten y que estas personas vuelvan a vivir en condiciones muy precarias e inseguras», dijo Salvador en una entrevista con EFE desde la sede de la ONU en Nueva York, donde participó posteriormente en una sesión temática sobre Haití en el Consejo de Seguridad.
Se estima que en Estados Unidos hay más de 700,000 haitianos, principalmente en Florida, aunque su presencia también es notable en Springfield, Massachusetts. Fue en esta ciudad donde Donald Trump difundió el rumor de que los inmigrantes haitianos robaban mascotas para comérselas, una afirmación que fue muy criticada por la estigmatización que implicaba para esa comunidad.
La nación caribeña lleva décadas arrastrando una crisis de seguridad, pero desde febrero del año pasado esta situación se ha agravado. La ONU estima que hay 5,600 muertos y un millón de desplazados internos, principalmente como resultado de enfrentamientos entre bandas criminales, las autoridades de Haití y la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) liderada por Kenia.
Asimismo, Salvador se refirió a la posibilidad de que Estados Unidos incluya a bandas haitianas en su lista de organizaciones terroristas extranjeras, tal como hizo en enero con varios cárteles mexicanos, la banda transnacional Tren de Aragua y la Mara Salvatrucha. Según ella, esto podría «estigmatizar» a grandes comunidades de haitianos en EE.UU.
Otra de las grandes preocupaciones de la jefa de BINUH es que la comunidad internacional no «se involucre más» financieramente con la crisis haitiana y que, en esta enquistada situación, no se pueda dotar de más capacidad y efectivos a la MSS.
«El primer problema a resolver es de la seguridad, por encima incluso de la ayuda humanitaria o de la cuestión política», dijo Salvador para añadir que no cree que las elecciones presidenciales previstas para febrero se puedan celebrar en dicha fecha.