El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la conmutación de las penas de muerte de 37 de los 40 reclusos federales condenados a esta pena, transformándolas en cadenas perpetuas sin libertad condicional. La decisión se da a menos de un mes de finalizar el año, en medio de la moratoria que su administración impuso a las ejecuciones federales.
Biden explicó que la medida excluye a quienes cometieron actos de terrorismo o asesinatos motivados por odio, citando casos como Dzhokhar Tsarnaev, responsable del atentado del maratón de Boston; Dylann Roof, autor del ataque racista en una iglesia de Charleston; y Robert Bowers, responsable del tiroteo en la sinagoga Árbol de la Vida.
El presidente justificó esta acción afirmando que es consistente con la moratoria y busca humanizar el sistema de justicia. La mayoría de los casos conmutados están relacionados con crímenes menos mediáticos, como asesinatos vinculados al tráfico de drogas o incidentes en prisiones. Esta decisión marca un contraste con la política de su predecesor, Donald Trump, quien supervisó un elevado número de ejecuciones federales.