El abuso de sustancias ilegales ha alcanzado niveles alarmantes en el 2024 y se espera que aumente en el 2025. Esto implica que en la actualidad nos encontramos con una crisis de salud mental que afecta a millones de personas en América Latina. Esta problemática, que combina dependencia química, daños neuronales y psicológicos, está destruyendo vidas y comunidades, lamentablemente este aumento en el consumo de drogas está afectando a muchas personas que careces de acceso a ayuda profesional, ya sea por su problemática económica, o la falta de conocimiento de que los médicos psiquiatras son los que trabajan estas problemáticas.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), alrededor de 64 millones de personas en el mundo sufren de trastornos por el uso de drogas, solo una de cada 11 recibe tratamiento.
En nuestra consulta privada hemos visto un aumento de las patologías inducidas por el uso y abusos de las diferentes drogas que en la actualidad están afectando a la población, el usos de cannabis adulterado está desarrollando trastornos psicóticos, ataques de pánico recurrentes y pensamientos suicidas.
En países de Latinoamérica y USA se están viendo en las emergencias psiquiátricas tras consumir altas cantidades de una sustancia y o combinaciones de cocaína, metanfetamina y sus derivados como son la «tusi» (cocaína rosa) mezclada con opioides, encontramos además el fentanilo, éxtasis, crack, etc. El 60% de los consumidores están desarrollado episodios de paranoia severa y crisis psicóticas prolongadas, comportamiento errático y agresivo parecidos a los síntomas de la esquizofrenia, que persiste en el tiempo.
Estos casos evidencian cómo el uso y abuso de sustancias afecta no solo a los individuos, sino también a sus familias y comunidades, evidenciando como los sistema de salud no están priorizando la salud mental.
El abuso de sustancias genera una carga inmensa para las sociedades latinoamericanas. Más allá de los problemas de salud física y mental, está vinculado a un aumento en la violencia, la criminalidad y la pérdida de productividad económica. Esto subraya la necesidad urgente de intervención integral, desde políticas públicas hasta educación preventiva.
Esta problemática no es un problema individual, sino una crisis colectiva que requiere atención inmediata. Si estás luchando con problemas de abuso de sustancias o conoces a alguien que lo esté, buscar ayuda profesional es crucial.
En lugares como Santiago y Punta Cana, contar con un psiquíatra disponible no solo es una necesidad para los residentes, sino también para los turistas que enfrentan emergencias emocionales derivadas del consumo de sustancias.
«Consultar a un psiquíatra es el primer paso para romper el ciclo de dependencia y restaurar la estabilidad emocional. Es una inversión en salud y calidad de vida.»
