La Asamblea General de la ONU adoptó este miércoles una resolución que exige a Rusia devolver a los niños ucranianos trasladados por la fuerza o deportados a su territorio, así como poner fin a estas prácticas y al “cambio de estatus” de los menores.
Dicha iniciativa fue presentada en una reunión de urgencia por la ministra adjunta de Asuntos Exteriores de Ucrania, Mariana Betsa, quien denunció que los niños ucranianos son tratados por Rusia como “trofeos de guerra”. La medida fue aprobada con 91 votos a favor, 12 en contra y 57 abstenciones.
A pesar de que no es vinculante, la resolución mostró un amplio respaldo internacional y superó la mayoría de dos tercios necesaria entre los Estados con poder de voto. Betsa afirmó que Rusia deportó al menos a 20.000 niños ucranianos; algunos han sido devueltos, pero muchos siguen sin localizarse.
Llamó a la “humanidad” y recordó, como hicieron otros representantes, que estas prácticas violan el derecho internacional. También subrayaron que el presidente ruso, Vladímir Putin, y otros funcionarios enfrentan órdenes de arresto de la Corte Penal Internacional desde 2023 por estos hechos.
El documento expresa la preocupación mundial por el destino de los menores separados de sus familias desde 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea. Incluye a los niños trasladados dentro de territorios ucranianos ocupados y a los deportados a Rusia. Además, “exige a la Federación Rusa garantizar el retorno inmediato, seguro e incondicional de todos los niños ucranianos” y llama a Moscú a no continuar con estas prácticas ni con “cambios de ciudadanía, adopción o asignación a familias de acogida, y adoctrinamiento”.
La embajadora adjunta rusa, Maria Zabolotskaya, calificó el contenido del texto como una “mentira cínica” y acusó a los países que lo respaldaron de apoyar “la guerra y la confrontación”, asegurando que Moscú está “abierto a la cooperación en asuntos de asistencia a niños”. Venezuela, que habló en nombre del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU, del que Rusia forma parte, expresó preocupación por “el contenido y el momento” del documento.
El embajador adjunto venezolano, Joaquín Pérez Ayestarán, mencionó una “ventana estrecha pero genuina” para avanzar hacia una solución en Ucrania y sostuvo que la iniciativa podría “descarrilar el diálogo” e “instrumentalizar este órgano” con fines políticos.