5 Diciembre 2025

Le tememos al cambio

Teleuniverso

Hoy, lunes es un buen día para prestar atención a si nuestra vida se ha quedado, como esos pozos de agua estancada en donde proliferan bacterias, virus y parásitos que enferman el alma.

Es por esto que un río saludable cambia permanentemente, porque se mueve y ese movimiento lo limpia de impurezas.

En ocasiones nuestra vida se detiene, se vuelve rutinaria, fija… Le tememos al cambio, porque eso aterra a nuestro cerebro, en el hay estructuras específicas cuyo trabajo es la supervivencia y el funcionamiento de la memoria hace que los pensamientos comparen la información nueva con la que ya tenemos conocida y aprendida.

Siempre estamos haciendo eso cuando nos enfrentamos a un cambio, comparando la información nueva con la información vieja… Y si esa información vieja nos dice que así estábamos satisfechos, entonces para qué evaluar nuevas alternativas. Es la forma que tiene nuestro organismo de ahorrar energía y casi nos obliga a mantenernos en esa zona de comodidad, repitiendo los viejos patrones que en el pasado funcionaron para nosotros, pero ¿Qué ocurre? Qué la realidad está cambiando permanentemente y probablemente lo que a usted le funcionó en el pasado en el presente ya no… Y ahí es donde se activa la corteza prefrontal, ocasionando una alta intensidad de energía.
esta es la razón de porque al cerebro no le gustan los cambios.

Pero veamos esto más adentro para así crear las condiciones para que nuestra vida sea más fluida… ¡ya vuelvo!

Pasitos de bebe. Si usted quiere incorporar un cambio a su vida debe hacerlo lentamente o de lo contrario despertara a la susceptible amígdala y esta provocará una respuesta de huida.

Observa tus viejos hábitos. por un lado, los hábitos son formidables ya que nos permiten mantener y sostener la dirección de nuestras metas y objetivos, pero el apego a un hábito perjudicial en nuestra manera de relacionarnos, pensar o sentir no llevaría por el camino equivocado, entonces, es necesario ir cambiando esa ruta neuronal dejando poco a poco de recorrerla.

Observa tus viejas creencias.

Sabemos que las personas tienen una poderosa necesidad de que sus creencias, actitudes y su conducta sean coherentes entre sí, y cuando se produce una especie de ruptura con esas creencias u opiniones, esto crea lo que se conoce como disonancia cognitiva, en donde no estamos dispuestos a ceder. es decir, aunque existan todas las evidencias del mundo que nos indiquen que eso en lo que creo es incorrecto, inadecuado, en mi se produce esa falta de conformidad, simplemente me niego a aceptarlo.

Es por esto que nos resulta tan difícil realizar los cambios porque nuestra mente se resiste a tomar un camino diferente, no importa que la realidad trate de hacernos ver nuestro terquedad, nuestra oposición, seguimos haciendo, pensando exactamente lo mismo aunque el diablo se lleve al demonio.

¿La solución? deje que sea la vida, es decir la realidad la que se imponga y fluya, fluya con ella, que de seguro a buen puerto lo llevará ¡padre eterno

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