Durante su visita a Hanoi, Vietnam, el presidente francés Emmanuel Macron minimizó la importancia de un video que se volvió viral en las redes sociales, en el que su esposa, Brigitte Macron, parece empujarle el rostro al salir del avión presidencial. Las imágenes generaron una oleada de teorías y especulaciones que el mandatario calificó de absurdas.
«En el video se me ve bromeando con mi esposa, y de pronto se convierte en una especie de catástrofe mundial, con todo tipo de interpretaciones», declaró Macron el lunes desde la capital vietnamita. Reconoció que el clip es auténtico, pero criticó su uso como herramienta de manipulación: «Sí, los videos son reales, pero a veces se manipulan, y ahora están llenos de tonterías».
En el breve metraje, se observa cómo se abre la puerta del avión y aparece Macron. Instantes después, las manos de Brigitte emergen desde un lateral y le empujan el rostro en un gesto repentino. Macron se muestra sorprendido por un segundo, pero recupera la compostura rápidamente y saluda. Al bajar del avión, ofrece su brazo a Brigitte, quien lo rechaza y opta por sujetarse de la barandilla.
Inicialmente, el Palacio del Elíseo negó que hubiera ocurrido tal incidente, aunque posteriormente optó por restarle importancia. Una fuente del entorno presidencial explicó a la cadena BFM TV, afiliada a CNN, que se trató simplemente de una interacción entre la pareja. «Fue un momento de complicidad, de relajación antes de iniciar la agenda oficial», comentó.
Esa misma fuente indicó que el episodio fue rápidamente explotado por cuentas prorrusas en redes sociales, convirtiéndolo en una supuesta controversia y alimentando narrativas conspirativas. «No hacía falta más para avivar el fuego de los teóricos de la conspiración», aseguró.
El video se suma a una serie de ataques de desinformación que, según funcionarios franceses, buscan debilitar la imagen de Macron y la cohesión europea frente a la guerra en Ucrania. En días recientes, otro rumor viral —también impulsado por cuentas asociadas al Kremlin— acusó falsamente al mandatario de consumir cocaína en un tren rumbo a Kiev, acompañado por el canciller alemán Friedrich Merz y el primer ministro británico Keir Starmer.
La acusación se basó en una imagen en la que se ve a Macron tomando un pañuelo, el cual fue erróneamente descrito como una bolsa de droga. El Elíseo desmintió rápidamente la información, publicando: “Esto es un pañuelo. Para sonarse la nariz… Cuando la unidad europea molesta, la desinformación convierte un simple pañuelo en cocaína”.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakharova, se hizo eco del rumor y lo utilizó para ilustrar lo que describió como el “deterioro interno” de Europa. Desde Francia, las autoridades condenaron esta estrategia como parte de una ofensiva rusa para dividir a Occidente y sabotear los esfuerzos diplomáticos mediante mentiras sistemáticas y manipulación digital.