El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, lanzó este jueves un plan para «liberar» al país de las pandillas -con las que se vinculan la mayoría de los homicidios– que pone más de mil policías a patrullar las calles revisando «casa por casa o finca por finca» de las principales zonas peligrosas.
«Este plan tiene la finalidad de liberar a Panamá de las pandillas. A partir de hoy iremos casa por casa, finca por finca o por donde se escondan los pandilleros a meterlos donde deben estar: la cárcel», indicó Mulino en un acto en la sede de la Policía Nacional, según un comunicado de la Presidencia panameña.
Dicho plan ‘Panamá 3.0’ pondrá a unos 1.032 agentes de la Policía en los principales «puntos conflictivos» como la provincia de Colón (Caribe y una de las más peligrosas del país), Panamá Oeste (contigua a la capital), San Miguelito (barrio periférico con altos índices de inseguridad), el área del Canal y otras zonas populares cercanas a la ciudad.
«Todo esto tiene un único fin: que cada panameño trabajador sienta que vuelve la paz y la seguridad. El desafío es grande, fueron muchos años de falta de liderazgo dándole rienda suelta al crimen organizado en todo el país.
Por lo que, a partir de hoy, iniciamos el camino para cambiar esta realidad y convertir a Panamá, nuevamente, en el país más seguro de la región», resaltó Mulino.
Según las estadísticas de la Fiscalía, el 19 % de los 556 homicidios registrados en el país en 2023 ocurrieron en Colón y el 18 % en San Miguelito, que se posicionaron así como la segunda y tercera zona más violenta del país, solo superada por Panamá, que registró el 38 %.
En tanto, las unidades policiales contarán con «patrullaje vehicular, puntos de controles móviles y retenes policiales«, colocadas en esas áreas para «bloquear los corredores de movilidad de grupos que operan al margen de la ley para perpetrar delitos de alto impacto», según la información oficial.
«Ahora sí se verá muchos más policías en las calles, con la orden de proteger y defender a los panameños honestos. Estoy del lado del panameño honesto que sufre un robo en la calle o que asaltan su casa», informó Mulino.
El presidente panameño, además, destacó que su «compromiso es con el ciudadano de bien y a su lado voy a estar» y «para eso, anuncio la creación de nuevos grupos de vecinos vigilantes, empresarios vigilantes y la implementación del nuevo programa de escuelas vigilantes, que brindará seguridad integral a estudiantes, cuerpo docente y padres de familia».
Sin embargo, Mulino ya se había referido a ese plan durante su conferencia de prensa semanal de este jueves al señalar que «el tema de la seguridad» está vinculado con el narcotráfico, una afirmación que ya ha hecho anteriormente al reconocer, incluso, la filtración de ese tipo de delincuencia en el Estado.
«Este tema de la seguridad tiene una relación de dos vertientes, una mediática, y otra la causa que lo genera, en función de la enorme cantidad de droga que se incauta en este país, por toneladas, la secuela de muertes y facturas es grande», puntualizó el mandatario.
Mientras que, desde finales de agosto, se aplica un toque de queda nocturno en las dos zonas más ‘calientes’ del país – donde ahora se desarrolla el nuevo plan– para «limpiarlas» de las pandillas, como dijo en aquel momento Mulino.
En Panamá hay alrededor de 150 pandillas, aunque su forma de actuar y su estética es muy distinta a las maras centroamericanas, que son mucho más grandes, violentas e identificables por sus tatuajes.
Las autoridades sostienen que el 70 % de los asesinatos en el país están vinculados al crimen organizado, incluidas las pandillas, que se ocupan de ocultar la droga que llega de Suramérica y de moverla para que salga hacia Norteamérica y Europa, así como también del menudeo en el mercado local, de acuerdo con la información oficial.
Hasta agosto de 2024, hubo 406 homicidios un aumento en comparación con el mismo lapso del año pasado cuando se registraron 362, según cifras de la Fiscalía panameña.