La marcha de Ilya Sutskever trajo de vuelta el fantasma de la crisis que la empresa tuvo en noviembre, al ser el encargado del equipo de superalineación.
Ser capaces de controlar sistemas de IA mucho más inteligentes que el ser humano, de ahí el nombre ‘superalineación’: capacidad para alinear la superinteligencia con la voluntad humana.
Esta decisión genera dudas sobre las prioridades de OpenAI, la empresa que se fundó con la misión de desarrollar una IA segura y beneficiosa para toda la humanidad.
CNBC y Wired recogen las acusaciones de varios exempleados de no destinar suficientes recursos computacionales para investigar cómo controlar una IA que llegue a ser más inteligente que los humanos.