El Departamento de Justicia de Estados Unidos y el FBI cerraron formalmente la investigación sobre los crímenes de Jeffrey Epstein, al confirmar que no existen pruebas que justifiquen cargos contra terceros ni una supuesta «lista de clientes» de personas poderosas vinculadas al tráfico de menores.
La conclusión, plasmada en un memorando oficial revelado esta semana, disipa una de las teorías conspirativas más persistentes en torno al caso y exime de potenciales consecuencias legales a figuras como el príncipe Andrés del Reino Unido.
La decisión de las autoridades llega después de una revisión exhaustiva del material recopilado durante años, que incluye miles de fotografías, videos y otros documentos incautados tras la detención del financiero en 2019.
A pesar de que durante meses la fiscal general Pam Bondi insinuó que existía una lista de personas influyentes que habrían sido cómplices o beneficiarias del esquema de explotación sexual, el Departamento de Justicia reconoció que no se halló evidencia creíble para sustentar esa afirmación.