La Asamblea General de la ONU adoptó una resolución donde exige a Rusia que retire urgentemente a su ejército y su personal de la central nucleoeléctrica más grande de Europa y que devuelva de inmediato la instalación a Ucrania.
En tanto, en la resolución del jueves también se reiteran las exigencias de la asamblea para que Rusia “cese su agresión contra Ucrania” inmediatamente y retire a todas sus tropas, y se reafirma el compromiso del organismo mundial, compuesto por 193 miembros, con la “soberanía, independencia, unidad e integridad territorial” de Ucrania.
Dicha resolución fue aprobada por una votación de 99 a 9, en que 60 países se abstuvieron y 25 no votaron.
A Rusia se unieron Bielorrusia, Cuba, Eritrea, Mali, Nicaragua, Siria, Burundi y Corea del Norte para oponerse a la resolución. China, India, Sudáfrica y muchos países de Oriente Medio fueron algunos de los que se abstuvieron.
sin embargo, en la resolución se expresa una “grave preocupación por la precaria seguridad nuclear en la central nucleoeléctrica de Zaporiyia”. Se afirma que la devolución de la planta al control total de Ucrania garantizará su seguridad y permitirá que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) “lleve a cabo medidas de salvaguardia seguras, eficientes y efectivas”.
Los temores de una catástrofe nuclear han estado en primera línea desde que las tropas rusas ocuparon la planta, poco después de invadir Ucrania en febrero de 2022. Zaporiyia, que cuenta con seis reactores nucleares, está en el sureste de Ucrania, en un territorio controlado por Rusia, cerca del frente de batalla, y continuamente ha quedado atrapada en el fuego cruzado.
Asimismo, el OIEA ha expresado repetidamente su alarma sobre los cortes de electricidad en Zaporiyia, la cual es crucial para el funcionamiento de la planta, y sobre los problemas de suministro de la misma. Sin atribuir culpas, el director general de la OIEA , Rafael Mariano Grossi, dijo el 15 de abril al Consejo de Seguridad de la ONU, que su organismo había confirmado tres ataques contra Zaporiyia desde el 7 de abril.
Ucrania y Rusia se han culpado mutuamente de atacar la central, y esas acusaciones continuaron el jueves.
El embajador de Ucrania ante la ONU, Sergiy Kyslytsya, presentó la resolución diciendo a la Asamblea General que Rusia “sigue violando principios claves de seguridad nuclear tecnológica y física” y continúa atacando la planta.
Ucrania y sus países vecinos sufrieron “las desastrosas consecuencias” de la explosión nuclear en la planta de Chernóbil en 1986, afirmó, pero las repercusiones de un posible incidente en Zaporiyia “que ha sido convertida deliberadamente en un componente clave de la estrategia militar de Rusia, serían aún más catastróficas”.
Kyslytsya advirtió que “si simplemente nos quedamos con los brazos cruzados, esa buena suerte no durará eternamente y el incidente será inevitable”.
“La seguridad y la protección nuclear dependen de nuestra capacidad de adoptar una postura fuerte y en común sobre la inadmisibilidad de la continua ocupación y militarización de la central nucleoeléctrica de Zaporiyia”, señaló el embajador ucraniano.