Miles de venezolanos salieron este lunes a las calles de Caracas para protestar contra la reelección del presidente Nicolás Maduro después de que en la mañana fuera proclamado ganador de las elecciones, un resultado desconocido por la oposición y varios países de la región.
En tanto, las protestas transcurrían en las calles de Caracas, la líder opositora María Corina Machado compareció a media tarde junto al candidato Edmundo González a ratificar su postura de la noche anterior: desconocer el anuncio de la autoridad electoral sobre la victoria de Maduro e insistir en que González es el presidente electo.
Asimismo, Machado afirmó que tienen cómo “probar la verdad” de la victoria de la oposición en las elecciones presidenciales y convocó a sus seguidores a una concentración en la capital para “demostrar la fuerza y la mayoría que somos”. En la noche, indicó, liberarán las pruebas públicamente.
“Tenemos el 73,20% de las actas y, con este resultado, nuestro presidente electo es Edmundo González Urrutia”, aseguró Machado, indicando que ni siquiera si el mandatario venezolano obtuviera el 100% de los votos de las actas que no pudo verificar la oposición le alcanzaría para superar a González.
De su lado, el candidato opositor pidió “calma y firmeza” en las muestras de rechazo a los resultados de las elecciones y agradeció a la comunidad internacional por sus reclamos al gobierno de Maduro de transparencia.
Consideró poco responsable que la autoridad electoral haya hecho un “anuncio prematuro de resultados sin haber sido auditados” y ratificó su “triunfo categórico y matemáticamente irreversible”.
En Petare, el barrio pobre más grande y ubicado al este de la capital, la gente empezó a media mañana a caminar gritando contra Maduro y algunos jóvenes con los rostros cubiertos arrancaron carteles de su campaña colgados en postes y paredes mientras otros gritaban “¡Y va caer, y va caer, este gobierno va a caer!”.
Entre gritos de “libertad” e improperios contra el gobernante, los manifestantes protestaban contra los resultados que ofreció el Consejo Nacional Electoral (CNE), que proclamó oficialmente ganador a Maduro.
«El pueblo está molesto. Tiene que irse de una forma o la otra», afirmó María Arraez, una estilista de 27 años que salió a calle con una gran bandera venezolana sobre la espalda.
En una de las principales avenidas del este de la ciudad estaba Cleiver Acuña, un artista de tatuajes de 21 años que se concentró con miles de personas para protestar contra el mandatario venezolano. “Nosotros no nos podemos dejar robar esta libertad que nos están robando desde hace 25 años”, dijo Acuña al exigir que en “santa paz” Maduro se vaya de la presidencia.
Sin embargo, decenas de policías nacionales, con equipos antimotines, bloquearon el paso de la caravana que había llegado hasta el barrio de clase alta de Las Mercedes y dispersaron a los manifestantes con gases lacrimógenos. Algunos de los manifestantes atacaron con piedras y otros objetos contundentes a los policías, apostados al comienzo de la avenida principal de esa urbanización.
Mientras que, horas más tarde, Maduro rechazó los disturbios y afirmó que son hechos articulados con un supuesto plan para desestabilizar su gobierno.
“Hemos estado haciendo seguimiento a todos los hechos de violencia promovidos por la derecha extremista, les puedo decir que, sí han hecho daño”, indicó. “Con la unión cívico-militar policial”, planteó neutralizarlos en un mensaje al país transmitido por la televisión estatal desde el palacio de gobierno.
El mandatario denunció que fueron detenidas decenas de personas y que «el 80% de los capturados tienen antecedentes penales”, sin dar más detalles.
El CNE declaró oficialmente el lunes a Maduro ganador de los comicios con lo que logró la reelección para un tercer período y recibió las credenciales que lo acreditan como mandatario hasta 2031.
El titular de ese organismo electoral, Elvis Amoroso, dijo en la ceremonia de proclamación que los “venezolanos expresaron su voluntad absoluta, eligiendo presidente constitucional” a Maduro y que la elección “se desarrolló en un clima de respeto, paz y participación democrática; aunque algunos pretendieron generar violencia”.
Según el CNE Maduro logró la victoria con 51% de los votos frente a 44% del diplomático retirado Edmundo González, el postulante del mayor bloque opositor.
Luego del anuncio de los primeros resultados en la madrugada del lunes, la líder opositora María Corina Machado desconoció el triunfo de Maduro y dijo que González es el nuevo presidente de Venezuela.
Machado indicó que con el 40% de las actas que estaban en su poder González se había impuesto con 70% de los votos, 40 puntos porcentuales por encima de Maduro.
«Venezuela se dirige a una colisión directa… En este momento parece que la violencia es inevitable”, dijo a The Associated Press Geoff Ramsey, analista senior sobre Venezuela del grupo de expertos estadounidense Atlantic Council.
Durante el acto en el CNE Maduro denunció un intento de golpe de Estado “fascista” y responsabilizó a sus adversarios políticos de estar detrás de ese plan, del que no presentó pruebas.
Sin embargo, una docena de países del continente americano, entre ellos, Estados Unidos, desconocieron los resultados de las elecciones y exigieron una revisión de la votación.
En respuesta a los cuestionamientos internacionales, el gobierno venezolano ordenó la retirada de todo su personal diplomático en las misiones en Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay y pidió a esos países que hagan lo mismo con su personal en Venezuela.
“En este momento a la comunidad internacional le quedan pocas buenas opciones. El cambio tendrá que ocurrir desde dentro de Venezuela”, puntualizó Ramsey.
En la última década la crisis social y económica —con un aumento de la pobreza, el hambre y el costo de vida— empujó a más de 7,7 millones de venezolanos a emigrar en busca de mejores condiciones. Aunque ha pasado lo peor de la crisis, que hace años provocó una importante escasez de alimentos, la gente aún enfrenta dificultades para cubrir sus necesidades.
Venezuela tiene las mayores reservas probadas de crudo del mundo, pero su producción fue en declive en los últimos años en parte debido a la mala gestión del gobierno, la corrupción en la empresa petrolera estatal y las sanciones comerciales internacionales.
En 2018, tras una reelección de Maduro que Estados Unidos y otros países calificaron de ilegítima, el entonces gobierno de Donald Trump impuso sanciones al gobierno venezolano que profundizaron la crisis.