En primera instancia las razones de un titular tan dramático nos evocaría la necesidad de contar con la famosa “musa” antes de plasmar cualquier pensamiento. Esa musa que ha inspirado las mejores letras hechas canción y los grandes clásicos que han resultado en memorables Nobel de Literatura, también podría ser útil al escribir un artículo. Eso, por un lado.
En otra perspectiva se encuentra el compromiso de escribir porque uno lo crea necesario para la salud de la sociedad actual; y es incluso irónica esa necesidad de escribir algo cuando se sobreentiende hay un exceso de libertad y por lo tanto todo el mundo escribe, dice y expresa. Pero sucede que no todo lo que se escribe o dice tiene porqué tener sustancia y mucho menos ser respetable. Entonces la inspiración sin compromiso pasa a ser tan nociva como el exceso de libertad mismo.
Bueno, en una especie de acuerdo entre mi casa laboral, que es también como mi familia, y por una obvia admisión propia, me encuentro en el deber de reencontrar mi musa, pero procurando plasmar ideas útiles a través de esta columna que pretende tener periodicidad semanal. No tiene porqué ser una buena o mala columna, y aunque es agradable recibir simpatías, no me afana escribir cosas siempre agradables; No tiene siquiera que ser un artículo objetivo, al fin eso puede ser relativo.
Desarrollemos este convenio con entusiasmo y al cabo de unas semanas, meses, o a fin de año, cada uno tendrá su respuesta. Recuerde la pregunta: ¿pa´ qué carajo sirve un artículo?