Por: Ramón Antonio Veras.
1.- En el medio donde estamos viviendo dominicanas y dominicanos, se mueven los más diversos intereses y aspiraciones, así como sentimientos que van desde los más nobles hasta los más indignos y perversos.
2.- Por la multiplicidad de personas y forma de comportamiento, el espacio físico donde está la República Dominicana se encuentra ocupado por gente que tiene objetivos a cumplir atendiendo a su conveniencia.
3.- El que cree que aquí todos los que escribimos lo hacemos por compromiso social, es un aturdido mental, se da por no enterado, está en el limbo, por las nubes, en babia.
4.- El conjunto de clases sociales que convergen en la sociedad dominicana, en su generalidad, en estos días están ocupadas en el asunto de las elecciones a efectuarse en los meses de febrero y mayo del año 2024.
5.- Ese que se identifica con la forma como ha vivido siempre la mayoría del pueblo dominicano, está en el legítimo derecho de hacer hasta lo imposible para que todo siga igual, como hasta ahora.
6.- Una forma de que se mantenga el ordenamiento económico, tal cual, de igual modo, es santificándolo, hacerlo como un santo para que el pueblo crea que debe glorificarlo.
7.- Si el actual modelo económico es digno de ser bendecido, entonces, procede que con el mayor recogimiento los pobres sean convocados para voluntariamente legitimarlo, justificándolo para que se mantenga conforme la Constitución y las leyes.
8.- Pero conviene que el electorado dominicano sea advertido en el sentido de que votar por candidatos de partidos del sistema, es sufragar por la continuación de las condiciones de vida que ha llevado, es decir, de pobreza, de marginalidad.
9.- Se hace un buen servicio cívico, ciudadano, político, social y educativo, diciéndole a las ciudadanas y a los ciudadanos, que votando por un candidato del sistema, cualquiera que sea, está deseando que todo siga, o sea, hambre, pobreza, insalubridad alfabetismo, criminalidad, violencia, corrupción, prostitución y los mismos males sociales que han estado presentes.
10.- No es cuestión de meterle miedo al electorado. Es, simplemente, llamarle la atención, ponerlo sobre aviso para que abra los ojos, se dé cuenta qué piensa hacer, y esté consciente de que puede irse a pique, malograrse por votar para continuar siendo pobre al favorecer con su voto a los ricos.
11.- Los connacionales que están en condiciones de participar y votar, merecen ser debidamente adiestrados para que un derecho tan delicado, como el de elegir, no se convierta en la prolongación de una estupidez, en una pura idiotez.