Más de 100,000 menores desplazados en el Gran Sur de Haití enfrentan serios riesgos educativos debido al aumento de la violencia, especialmente en Puerto Príncipe y alrededores, advirtió Unicef.
La presión sobre las comunidades y los servicios sociales ya frágiles ha aumentado, con al menos 919 escuelas cerradas en las regiones del Oeste y Artibonito, afectando a aproximadamente 156,000 estudiantes.
Con el inicio del nuevo año escolar a tres semanas, las familias desplazadas enfrentan enormes dificultades para garantizar la educación de sus hijos.
Sin embargo, Unicef está trabajando con el Gobierno haitiano para mitigar el impacto, incluyendo la rehabilitación de escuelas, el suministro de materiales educativos y transferencias de efectivo a las familias.
Bruno Maes, representante de Unicef en Haití, destacó la necesidad urgente de más fondos, señalando que se requieren 87 millones de dólares para abordar plenamente la crisis educativa.
Hasta el 1 de agosto, solo se habían recaudado 5,4 millones de dólares, por lo que un mayor apoyo es crucial para cubrir las necesidades educativas y permitir que los menores continúen su aprendizaje.
