Eso lo dice el teatrista Odin Dupeyron… y es también lo que arroja un estudio publicado este año en el diario de psicología social. fantasear con algo muy positivo no es tan beneficioso como lo pintan.
Los investigadores le pidieron a estudiantes universitarios que fantasearan con resultados positivos ante ciertas situaciones, como gozar de un aspecto atractivo, ganar un concurso o conseguir un sobresaliente en un examen.
Después evaluaron el efecto de las fantasías sobre los participantes y la forma en que, en realidad, se desarrollaron los acontecimientos.
¿y que encontraron?
Los mas soñadores sufrieron una disminución de la presión arterial y refirieron experiencias peores que los más realistas o incluso que los pesimistas.
Heather barry kappes, de la universidad de nueva york y coautora de este estudio, afirma “ cuando uno fantasea sobre algo, sobre todo si se trata de algo muy positivo, es casi como si lo estuviera viviendo” y esto engaña al cerebro, que cree que el objetivo ya se ha conseguido, y reduce los incentivos para esforzarse por lograrlo. los resultados podrían ser mejores si, en lugar de ignorar los obstáculos, se piensa en cómo superarlos. “
Así que esas expresiones ¡todo va a salir bien! ¡no habrá ningún problema! ¡eso será un exitazo! son fabulosas para levantar el animo, pero pueden también enviar un mensaje erróneo a nuestro cerebro y descuidarnos con los aspectos que determinan el éxito.
Vamos a ponernos de acuerdo en esto… este estudio no está negando los beneficios del pensamiento positivo, lo que sí revela es que ese imaginar el mejor escenario posible en cuanto a nuestros objetivos y metas, no supone una ayuda infalible… porque pintar un futuro demasiado rosa solo podría causar el efecto contrario: dañar nuestras posibilidades de éxito.
Es por esto que el tenista Rafael Nadal, ganador de 22 grand slams es un verdadero ejemplo de mentalidad realista . nunca lo escuchara usted construyendo castillos en el aire o proclamando a los cuatro vientos sus grandes posibilidades de éxito, solo se limita a la realidad pura y dura y sobre ella ha construido su descomunal éxito en el tenis.
«sólo es un partido de tenis. al final, esa es la vida. hay cosas mucho más importantes».
«yo no vivo en una burbuja. cuando vuelvo de los torneos, vuelvo al mundo real».
“siempre he entrenado al máximo nivel, a la máxima intensidad. eso me hace sentir más preparado en los momentos de máxima dificultad».
Cuando se vive en lo que Odin Dupeyron llama, con mucha razón “el pensamiento mágico pendejo” “ pide y se te dará” “si lo sueñas lo vas a tener” “ se van a abrir los cielos y tu , el elegido podrás disfrutar de las mieles del éxito y la felicidad” “ eres el mejor, eres único, ¡
Estás al borde de conseguir tu máxima frustración, porque la vida es como es y poco le importa cuanto fantasees con pajaritos preñaos.