la Asociación Dominicana de Profesores realizó una protesta que terminó afectada por las lluvias, a las afueras de las oficinas del Ministerio de Trabajo, en oposición a la reforma laboral que estudia el Congreso Nacional, así como a la fusión de los ministerios de Educación y de Educación Superior, Ciencia y Tecnología.
El punto álgido de la protesta sucedió con la lectura de la declaración de Eduardo Hidalgo, presidente recién reelecto de la agrupación sindical, quien se dirigió al ministro de Trabajo, Luis Miguel De Camps. «Nos reunimos para establecer nuestra posición sobre las reformas neoliberales que, si permitimos que pasen como aprobadas, constituyen un retroceso», manifestó.
La primera parte del comunicado estuvo orientada a que se mantenga en vigor la cesantía, «en el entendido de que es una conquista de los trabajadores y la cual no estamos en disposición de perder», dijo con el endoso de los docentes que con aplausos daban aprobación.
Calificó de «sobreexplotación» el modelo de horas extras que se encuentra en debate, que significaría un aumento de 80 a 120 horas trimestrales, además de fijar posición frente a la posibilidad de fraccionar las vacaciones a seis días, advirtiendo que «eso no lo vamos a permitir».
Hidalgo citó también las presuntas violaciones a la libertad sindical de los empleados de la empresa minera Barrick Pueblo Viejo, que en palabras de los manifestantes, se les está negando el constituirse en gremio aún presentando las documentaciones solicitadas.
Abogó para que se mantengan separados a los Ministerios de Educación y de Educación Superior, los cuales fueron una propuesta del Poder Ejecutivo en la reforma fiscal que terminaron retirando, en el entendido de que «ambas instituciones deben mantener su autonomía y especialización en cada uno de esos sectores».
