10 Julio 2025

Prevén entre 17 y 19 tormentas en temporada ciclónica 2025

Año tras año, los huracanes llegan más violentos, más frecuentes, más difíciles de predecir y, sobre todo, más difíciles de resistir.

  • Brenda Nuñez
  • miércoles 02 julio, 2025 - 7:35 PM
  • 5 minutos de lectura
Teleuniverso

Cada primero de junio se activa la alerta. La temporada ciclónica inicia su curso y, aunque el calendario no cambia, la intensidad de los fenómenos sí. Año tras año, los huracanes llegan más violentos, más frecuentes, más difíciles de predecir y, sobre todo, más difíciles de resistir.

En 2025, los pronósticos no son alentadores. Según el meteorólogo Francisco Holguín, se esperan entre 17 y 19 tormentas con nombres, de las cuales entre 7 y 10 podrían convertirse en huracanes. Y de esos, al menos cuatro a seis podrían alcanzar categoría 3, 4 o 5, con potencial destructivo total.

“Un huracán categoría 3, 4 o 5 que toque tierra es destrucción total”, advierte Holguín. “El calentamiento de los océanos, que es la gasolina de los ciclones, ha aumentado año tras año. Y mientras más calor, más energía tienen estos fenómenos”.

Las cifras preocupan, pero no sorprenden. La Universidad de Colorado y más de 20 entidades científicas del mundo coinciden en que las temporadas ciclónicas ya superan los promedios históricos. Antes se formaban unos 14 fenómenos por año. Ahora, esa media ha quedado atrás.

“El problema no es que vengan los ciclones… es que seguimos sin prepararnos para ellos”, insiste Holguín.

Vulnerabilidad acumulada

Las imágenes se repiten: techos de zinc que vuelan, calles inundadas, puentes colapsados, desplazamientos forzados. A pesar de que la Ley 147-02 sobre Gestión de Riesgos exige planes de prevención, educación y mitigación, en la práctica, la reacción oficial suele llegar cuando el agua ya ha tocado las rodillas.

No existen rutas de evacuación claras en la mayoría de barrios. Los refugios son improvisados y muchas veces inseguros. Los drenajes colapsan con lluvias moderadas, y las comunidades vulnerables siguen sin mapas de riesgo, ni señalización, ni orientación real.

“Seguimos siendo un país reactivo, no preventivo”, resume Holguín. “Tenemos leyes, pero no presupuesto. Y cuando llega la amenaza, entonces aparecen los fondos de emergencia. Pero la planificación brilla por su ausencia”.

Comunidades que sobreviven solas

Las cámaras del programa Bajo el Foco recorrieron zonas como Los Tres BrazosLa ZurzaSabana Perdida y Gualey, donde la prevención es un acto individual. Desde colocar fundas en los techos hasta improvisar puentes con bloques, las familias han tenido que crear sus propios “protocolos” ante la falta de respuestas oficiales.

“Obras Públicas hace su parte, los ayuntamientos la suya, Medio Ambiente otra… pero todo está desconectado. Si las instituciones colocaran en sus presupuestos una partida real para gestionar el riesgo, y no solo para reaccionar, la población estaría más protegida”, sugiere Holguín.

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