En el marco del Día Mundial de la Tolerancia, la psiquiatra Laura Pou Ottenwalder, destaca la estrecha conexión entre la falta de tolerancia y la inteligencia emocional.
La especialista señala que la capacidad de ser tolerante está intrínsecamente vinculada a la empatía, un componente clave de la inteligencia emocional.
Subraya que aquellos individuos con una sólida inteligencia emocional tienden a desarrollar relaciones interpersonales saludables y son capaces de comprender y aceptar a personas que difieren de ellos.
La experta advierte sobre el resurgimiento de la intolerancia a nivel mundial, especialmente en el contexto del aumento de grupos políticos muy conservadores. Ejemplifica esta tendencia mencionando el auge de gobiernos de extrema derecha en varios países europeos y el triunfo de Trump en Estados Unidos, haciendo hincapié en la importancia de distinguir entre tener pensamientos conservadores y tratar de imponerlos a los demás.
Según Pou Ottenwalder, la pandemia ha exacerbado la falta de tolerancia, actuando como catalizador para aquellos con problemas de salud mental. La psiquiatra destaca que la crisis sanitaria ha sido utilizada por grupos conspiranoicos como un punto de quiebre, generando una lucha entre la verdad científica y teorías de conspiración.
La psiquiatra afirma que la resistencia a aceptar información verídica ha causado daños significativos en el mundo científico, destacando la lucha constante entre la verdad científica y las creencias infundadas.
Pou Ottenwalder advierte que aquellos propensos a creer en teorías de conspiración se resisten a aceptar la información respaldada por la evidencia, contribuyendo así a la disminución de la tolerancia y la polarización social.