El presidente ruso, Vladimir Putin, realizó una visita de dos días a China, siendo su primer viaje al extranjero desde su reelección en marzo.
En esta visita se reunió con su homólogo chino, Xi Jinping, con el objetivo de obtener un mayor respaldo en medio de la guerra contra Ucrania.
La relación entre Rusia y China se ha fortalecido, especialmente en el ámbito económico, siendo China un importante aliado para Rusia después de las sanciones impuestas por Occidente.
Durante la visita, ambos líderes discutieron sobre su alianza global y cooperación estratégica, así como sobre cuestiones regionales e internacionales de interés común.
También se firmó una declaración conjunta y se conmemoró el 75 aniversario de las relaciones diplomáticas bilaterales. Sin embargo, la amenaza de sanciones por parte de Estados Unidos ha afectado al comercio entre China y Rusia, con una disminución en las exportaciones chinas a Rusia en los últimos meses.
Los bancos chinos están siendo más cautelosos en sus transacciones, debido a la posibilidad de ser sancionados por su conexión con la maquinaria de guerra rusa.
Esta situación ha generado reticencia en China para fortalecer aún más su cooperación con Rusia, a pesar de los deseos de Moscú.