30 Abril 2024

Sembrar confianza en la conciencia popular

Teleuniverso

Por: Ramón Antonio Veras.

 

I.- Educar al pueblo para su liberación

 

1.- Debemos estar preparados para disfrutar de todo lo bonito que nos aporta la naturaleza, como también saber sufrir por lo feo que hace la especie humana. La realidad se nos presenta cambiante.

 

2.-  Nuestra generación lleva en su conciencia el daño físico y moral causado por la Segunda Guerra Mundial, pero se puso contenta con la llegada del hombre a la luna.

 

3.- En la actualidad, la gran mayoría de las dominicanas y los dominicanos, está pasando por momentos de pesares que se manifiestan en angustia y notoria tribulación.

 

4.- A los causantes de la tristeza de los hombres y mujeres del pueblo, les resbala, poco les importa ese estado de aflicción, pero sí preocupa a quienes se identifican con las mejores causas que hacen sentir bien a los que sufren las injusticias sociales.

5.- Cambiar la existencia real y objetiva dominicana, no depende de la individual voluntad de los que no estamos de acuerdo con el statu quo. Los problemas sociales se enfrentan en forma colectiva, con acciones de masas, no obrando individualmente.

 

6.- Las fuerzas motrices que deben movilizarse contra las trabas que frenan la felicidad del pueblo, están en la obligación, ante todo, quitarse de la mente todo aquello que le impide pensar libremente.

 

7.-  Para moverse hacia el futuro, las masas populares tienen que ser orientadas para eliminar de su pensamiento cualquier idea preconcebida que las guíe a creer en la imposibilidad de cambiar su estado, para salir de la opresión y lograr su liberación.

 

8.- Se hace indispensable convencer a los marginados sociales dominicanos, que deben tener inclinación, disposición, vocación de autoridad y de poder político, para dirigir el Estado.

 

9.- Es una labor de sana formación ciudadana, cívica, política y social, educar a lo mejor de nuestro pueblo, para que se aprenda todo aquello que haga posible limpiar su cerebro, de cuantas ideas mezcladas le impiden distinguir los mensajes buenos de los dañinos.

 

10.- Adiestrar, bien cultivar y correctamente encauzar, a quienes desde siempre han sido víctimas de la ignorancia, es una labor educativa que procede ejecutar como mandato de civismo.

 

11.- Unificar todo lo que el ser humano tiene para pensar, es armarlo para hacerle posible el uso adecuado de su pensamiento, y una vez provisto de ideas, estar listo para razonar lo que es de su interés y conveniencia.

 

12.- El aprendizaje, la ilustración y todo lo que tenga que ver con la instrucción, acerca a la masa de dominicanos y dominicanas desamparados, a convertirse en personas listas para darle riendas sueltas a su justa aspiración liberadora.

 

II.- Formar bien a las masas es un trabajo cívico

 

13.- Es un trabajo que debe ser visto como positivo y de orden cívico,  preocuparse por aleccionar a aquellos que, históricamente, han sido utilizados como ciudadanos y ciudadanas para que voten en los procesos electorales, y en lo adelante tratados como desarraigados sociales o semovientes.

 

14.- En la medida que se le fijan al pueblo las ideas que lo han de llevar a su liberación,  también hay que enseñarle las que no deben guiarlo al sometimiento, a la subordinación.

 

15.- El político que lleva al pueblo dominicano a aceptar la miseria, el desempleo y todo aquello que lo reduce como humano, lo está invitando a que permanezca hundido en el fango de la pobreza.

 

16.- Enemigos jurados de los pobres del país, son aquellos que, de una u otra forma, justifican el desánimo, la desesperanza y el catastrofismo. A los mensajes de pesimismo, hay que oponerle el optimismo, y la llegada de un nuevo amanecer cargado de esplendor.

 

17.- Convencer a los oprimidos, a los que comen a veces,  a esos que viven de las dádivas de cajitas de comida y tarjetas oficiales, hay que convencerlos de que  la certidumbre de su liberación, no es para    llenarles la cabeza de triunfalismo infundado, sino que es un optimismo basado en la confianza de sus propias fuerzas, en su justo deseo de romper las cadenas de la opresión.

 

18.- Aunque una minoría de la población dominicana, ve muy lejos el triunfo de la gran mayoría  de nuestro pueblo, no hay duda de que estos van a resultar victoriosos, porque va a prevalecer, a imponerse  la igualdad sobre la desigualdad y el éxito ante la derrota.

 

19.- La confianza está al lado de los que en nuestro país son los más, aunque hoy no están en el poder. La decisión de liberarse, el ánimo para alcanzar el control del Estado, el empuje  está en los que ahora están al margen  del progreso  social.

 

20.- Sin importar las dificultades que tenga que enfrentar  el pueblo dominicano, para obtener su felicidad; el dilema que tenga que dilucidar, ni el atolladero donde lo ha metido la minoría nacional, la solución la encontrará más temprano que tarde

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