El Senado de la República Dominicana reconoce al Hospicio San Vicente de Paúl, en el marco de los 100 años de fundación por su invaluable labor dedicados al cuidado en los adultos mayores.
«Yo creo que en Santiago no tendríamos como pagarle a esta institución. Debe servirnos de referente, en época donde se pierden los valores y se resaltan las cosas negativas. Llegar a 100 años yo creo que eso es una bendición», afirmó Eduardo Estrella, senador por la ciudad de Santiago.
De su lado, el presidente del Senado de la República Dominicana, Ricardo de los Santos, valoró la continuidad en el tiempo del Hospicio San Vicente de Paúl al ofrecer servicio como el mejor que puede darse a los adultos para que los envejecientes tenga una vida con dignidad.
Eurides Toribio, presidente del Hospicio San Vicente de Paúl, recalcó que todo el personal se siente agradecido y privilegiado con dicho reconocimiento, el cual aceptan con gratitud y humildad.
«El Hospicio San Vicente de Paúl lleva más de 100 años desarrollando un trabajo interrumpido a favor de los adultos mayores en situación de vulnerabilidad y por su condición física, social y económica. Este reconocimiento nos estimula a seguir ofreciendo un servicio cada vez mejor y nos comprometemos a mantenernos en un constante progreso de actualización y diversificación acorde con los conceptos y modelos actuales de servicio a los adultos mayores. De esta manera seguiremos contribuyendo a la que la vejez sea una etapa fértil en la vida de cada mujer y cada hombre de nuestra comunidad», manifestó Toribio.
Desde su fundación en 1923 el Hospicio San Vicente de Paúl ha desempeñado un rol crucial en Santiago y la Región del Cibao. A lo largo de cien años esta querida y admirada institución santiaguera, dedicada al cuidado de los adultos mayores en condiciones de vulnerabilidad.
En el acto de reconocimiento celebrado en la sede del Hospicio San Vicente de Paúl de esta ciudad Santiago estuvieron presentes las principales autoridades de la ciudad Santiago.
Historia
Los orígenes del Hospicio San Vicente de Paúl se remontan al 2 de mayo de 1923, cuando el farmacéutico Emiliano Bergés rescató de las calles de la ciudad de Santiago a tres infelices ancianas, pobres de solemnidad, sin protección ni albergue, y obtuvo permiso de la sociedad La Caridad para alojarlas en el edificio ocupado antiguamente por el hospital San Rafael, construido por ella en la calle 30 de marzo, próximo a la estación del Ferrocarril Central Dominicano, sin tener que pagar alquiler.
Al día siguiente y con el objeto de dar una mayor dimensión a su obra y crear un hospicio para pobres, se constituyó una Junta de Beneficencia integrada por las siguientes personas: Amelia Julia Vda. Espaillat, presidente; Rosa Batlle de Tavares, vicepresidente; Aida Franco de Julia, secretaria; María Grieser de Tavares, Herminia Bordas de Bergés, Felicia Espaillat de Tavares, Mayún de Saleta, Claudina Moya de Grieser, Regina Silverio, Adela Stefani, Adela Franco, Virginia Julia, Ulises Franco Bidó y R. César Tolentino, vocales, y el propio Emiliano Bergés, director tesorero.