El ingeniero agrónomo, Silvio Carrasco, calificó como «extraordinario» la tragedia ocurrida el pasado fin de semana, con las intensas lluvia que sorprendieron a la República Dominicana, acumulando aproximadamente 482 milímetros de agua, casi medio metro de altura y lo comparó con la tormenta Federico.
«Esta lluvia no fue anunciada ni estudiada previamente, lo que la clasifica como atípica, imprevista y estacionaria», señaló Carrasco.
Enfatizó que este tipo de eventos representan un desafío para el país, ya que la falta de conocimiento y preparación frente a este tipo de embates climáticos puede tener consecuencias graves.
Con relación al desplome del túnel de la Av. 27 de febrero con Máximo Gómez, Carrasco, argumenta que este no cumple una función estructural y, por lo tanto, es meramente decorativo. Señala que las obras de concreto bien construidas no deberían sucumbir ante las lluvias, sino fallarían las presas, que están más expuestas a la presión hidrostática.
Subrayó que, cuando las cosas están bien construidas y mantenidas, el agua no representa una fuente de catástrofe, y que es crucial tomar medidas preventivas para garantizar la seguridad de las estructuras y la población en general.