El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó este jueves su frustración por los recientes ataques rusos en Ucrania, los cuales dejaron al menos 12 muertos, enviando un mensaje a su homólogo ruso: «¡Vladimir, DETENTE!».
Rusia lanzó de madrugada 70 misiles y 145 drones, según el gobierno ucraniano, en seis regiones del país y varias ciudades, incluida la capital. Los testigos describieron escenas apocalípticas en una zona residencial, con edificios destruidos y cuerpos sin vida en las calles.
Por el momento, hay 12 muertos y 90 heridos, según el último balance de los servicios de socorro. Sin embargo, la situación podría agravarse a medida que se recuperen cuerpos de los escombros.
«Quieren destruirnos», dijo Olena Davidiuk, una abogada de 33 años que vive muy cerca del punto de impacto de los misiles rusos en Kiev. Explicó que se despertó por el ruido de las explosiones y corrió afuera cuando «las ventanas y las puertas empezaron a caer».
Las fuerzas armadas rusas «llevaron a cabo un ataque masivo con armas de precisión de largo alcance» contra varias empresas del complejo militar industrial ucraniano, afirmó el Ministerio ruso de Defensa.
Londres denunció un «baño de sangre perpetrado por Putin» y nuevas escenas «impactantes».
La Unión Europea condenó el ataque y afirmó que Rusia sigue siendo «el principal obstáculo para la paz», mientras que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, decidió acortar su visita a Sudáfrica.
El mandatario acusó a Rusia de haber utilizado un misil «fabricado en Corea del Norte» para llevar a cabo estos ataques.
En su red Truth Social, Trump escribió «¡Vladimir, DETENTE!» y expresó que «no estaba contento» con una ola de ataques que llega, según él, en un «muy mal momento», justo cuando el presidente de Estados Unidos intenta negociar el fin del conflicto que comenzó en febrero de 2022 con la invasión rusa de Ucrania.
El miércoles, las negociaciones a nivel ministerial entre Estados Unidos, Ucrania y dos de sus aliados europeos, Francia y Reino Unido, fueron canceladas a última hora cuando se filtró a la prensa información sobre el posible reconocimiento por parte de Washington de la soberanía rusa sobre Crimea, una península ucraniana que Moscú anexó en 2014.
Crimea «es nuestro territorio», dijo Zelenski el martes, y Trump respondió calificándolo de «incendiario» en un momento en el que, según él, el acuerdo con Rusia está «muy cerca».
Por su parte, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, reiteró que «Crimea es Ucrania».
El presidente francés, Emmanuel Macron, se unió el jueves a este rechazo. Hay «una situación de hecho», afirmó. «¿Pero por eso deberíamos darle la razón a Rusia? No», concluyó.
Zelenski volvió a abordar el asunto en Pretoria este jueves. «Hacemos todo lo que nuestros socios han propuesto, excepto aquello que es contrario a nuestra legislación y a la Constitución ucraniana en materia de integridad territorial del país, incluyendo a Crimea», reiteró. Asimismo, pidió «más presión sobre Rusia».
«Estamos presionando mucho a Rusia, y Rusia lo sabe», dijo Trump, quien ha sido acusado desde su llegada a la Casa Blanca a finales de enero de favorecer a Moscú para conseguir un acuerdo que ponga fin a la guerra.
Consultando sobre qué le pide a Rusia, Trump dijo que solicita «detener la guerra y dejar de ocupar todo el país. Una concesión bastante grande».
«Además, es necesario que Ucrania desee llegar a un acuerdo», añadió Trump.
En cambio, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, afirmó este jueves que es responsabilidad de Rusia, y no de Ucrania, avanzar en las negociaciones para poner fin a la guerra.
«Ahora hay algo sobre la mesa, creo, y los ucranianos realmente están jugando bien. Y creo que la pelota está claramente en el campo ruso ahora», dijo Rutte a los periodistas en la Casa Blanca después de reunirse con el presidente estadounidense.
El conflicto ya ha dejado decenas de miles de muertos en ambos bandos.
—»Fue terrible»—
En Kiev, los bomberos trabajaron toda la mañana para auxiliar a las víctimas, entre las cuales se encontraba una mujer con sangre y arañazos en la cara que sostenía a su perrito tembloroso.
En el mismo lugar yacía un cuerpo cubierto por una sábana blanca.
Anna Balamut, de 36 años, relató su «aterradora» carrera en plena noche junto a sus dos hijos para llegar a un refugio antiaéreo, huyendo de las explosiones.
«La gente corría cubierta de sangre. Gritaban, había niños; fue terrible», dijo a la AFP.
Las explosiones se sucedieron durante toda la noche, con las luces provocadas por los drones y los misiles iluminando el horizonte de la capital ucraniana, según periodistas de la AFP presentes en el lugar.